Los resultados finales, que se espera sean difundidos a principios de la próxima semana, seguramente lleven al poder por primera vez a los shiitas.
BAGDAD, (Reuters).- Los trabajadores electorales iraquíes continuaban el martes con el recuento de votos, después de que Al Qaeda prometiera continuar con su "guerra santa" a pesar de fracasar en su intento de impedir que millones de iraquíes fueran a las urnas.
Las cifras totales están siendo recopiladas ahora a través de computadoras, mientras que las primeras cuentas fueron realizadas a mano el lunes en los centros electorales de toda la nación.
Los camiones cargados de votos procedentes de las históricas elecciones del domingo fueron puestos bajo custodia en la fortificada Zona Verde de Bagdad.
Los resultados finales, que se espera sean difundidos a principios de la próxima semana, seguramente lleven al poder por primera vez a la mayoría shiita musulmana en Irak, marcando un cambio en la política iraquí después de ocho décadas de gobierno de la minoría sunita.
Aunque los iraquíes desafiaron las amenazas de los insurgentes, la participación parecía ser baja en la zona sunita donde la insurgencia es más fuerte, lo que pone de relieve los peligrosos problemas sectarios a los que se enfrentará el nuevo gobierno.
El primer ministro interino, Iyad Allawi instó el lunes a la unidad entre los grupos rivales étnicos y religiosos después de las primeras elecciones multipartidistas del país en casi medio siglo.
Pero el ala de Al Qaeda en Irak, cuyo líder Abu Musab al Zarqawi había amenazado de muerte a los votantes para intentar boicotearlas, aseguró el lunes que seguirá su guerra contra las fuerzas lideradas por Estados Unidos y contra los iraquíes que colaboren con ellos.
"Nosotros en la Organización de Al Qaeda para la Guerra Santa en Irak seguiremos con la 'yihad' hasta que la bandera del Islam ondee sobre Irak", dijo un comunicado colocado en una web islamista.
Aunque el domingo la acometida de ataques suicidas y con morteros fue menos sangrienta de lo esperado, la violencia persistió y hubo al menos 35 muertos.
VIOLENCIA POSELECTORAL
El martes, dos iraquíes murieron por la explosión de una bomba colocada en una carretera en la ciudad kurda de Arbil, al Norte del país.
Las guerrillas también hicieron pública ayer una cinta de video que mostraba lo que aseguraban era el derribo cerca de Bagdad de un avión militar británico con un misil, causando la muerte a 10 personas, el peor incidente para los británicos en Irak.
Según los analistas de defensa, las imágenes parecen auténticas, pero la primera parte - en la que se ve cómo se acciona el botón de un mando y el lanzamiento de un misil - es menos convincente. Sin embargo, las autoridades británicas no quisieron hacer comentarios.
Numerosos líderes en todo el mundo alabaron los históricos comicios iraquíes, independientemente de la postura que tuvieron con motivo de la invasión del país dirigida por Estados Unidos en 2003 para derribar a Saddam Hussein.
Francia, Alemania y Rusia ensalzaron la valentía de los iraquíes al ir a votar, y en una señal de la mejora de las relaciones con estos tres opositores a la guerra, se comprometieron a apoyar los esfuerzos estadounidenses para recuperar la estabilidad.
Se espera que los shiitas, que representan alrededor del 60 por ciento de la población de Irak, ganen los comicios, y de hecho, desde la coalición chiíta Alianza Unida Iraquí, ya se han adjudicado un cierto grado de victoria.
Pero sus líderes se apresuraron a asegurar que incluirán en el nuevo gobierno a la minoría sunita, que dominó el país durante los 35 años de mandato de Saddam Hussein.
El presidente estadounidense, George W. Bush, animó a los líderes iraquíes a asegurar la presencia de la minoría sunita, al tiempo que la Casa Blanca descartó las peticiones de los demócratas de establecer un calendario para su retirada del país.
El incremento en el número de muertos estadounidenses ha aumentado la presión del público para que haya una estrategia de salida más clara.