Londres, (EFE).- Los familiares de las personas autistas comparten con ellas ciertos rasgos cerebrales pese a no padecer el trastorno, según un estudio publicado por la revista británica "New Scientist".
La investigación, elaborada por científicos de la Universidad de Denver (Estados Unidos), comparó escáner cerebrales de 40 padres de niños autistas con los de otras cuarenta personas cuyos hijos no padecían esa condición.
Hallaron que el primer grupo de padres presentaba características cerebrales propias del autismo, como un mayor tamaño de la corteza motora y de los ganglios basales, ambas áreas relacionadas con la planificación del movimiento y la imitación.
En cambio, la corteza somatosensorial, importante para entender información social como las expresiones faciales -una habilidad de la que suelen carecer los autistas-, era más pequeña que la media.
También se detectaron, en los padres igual que en los hijos, reducciones del cerebelo, que coordina el movimiento voluntario, y de una región frontal del cerebro que es clave para dilucidar las intenciones de los demás.
Según el profesor Eric Peterson, director del estudio, el descubrimiento de esos rasgos comunes facilitará que, en el futuro, se pueda identificar a las personas con riesgo de engendrar a hijos autistas.
Además, aportará nueva luz a las investigaciones sobre la incidencia de los factores genéticos y los medioambientales en el autismo, un trastorno que se caracteriza, entre otras cosas, por la falta de empatía emocional y una incapacidad para relacionarse con los demás.