EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Contrario a lo que afirman las autoridades en el sentido de que las manifestaciones de violencia son hechos aislados o que formaron parte de una semana trágica o inusual, este fenómeno se asentó en la Comarca Lagunera desde hace ya un tiempo razonable.
El problema más complejo es que la autoridad no está preparada para enfrentar actos de tal naturaleza, de la misma forma en que tampoco lo está la sociedad para prevenirla, dijo el director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad Autónoma de Coahuila, Roberto López Franco.
Señaló que en la actualidad, el tipo de familia carece de las normas y valores que operaban hace 20 años, y los que se aplican hoy en día generan un mayor relajamiento de las conductas y comportamien-tos sociales.
Esto, aunado al factor económico que golpea dramáticamente a los hogares, en los que el dinero no alcanza para comer, vestirse y cubrir todos los gastos, genera violencia al interior de la familia que se traduce en conductas antisociales y violentas más amplias en el ámbito social.
Ante esta situación, la autoridad se muestra incapaz para enfrentar las manifestaciones de violencia, y prueba de ello es lo ocurrido en la colonia San Joaquín, donde transcurrieron cerca de siete horas en una balacera sin que ninguna corporación interviniera, por miedo a que alguno de los elementos saliera herido ?cuando sabemos que es un riesgo implícito?.
Por otra parte, los jóvenes tienen un modelo de violencia social de impunidad ante cualesquier acto que se puede cometer sin que pase nada y sin que las autoridades intervengan para inhibir dichos mensajes.
A consideración de López Franco, estos modelos son adquiridos principalmente de la televisión, a través de la cual se transmiten cientos de imágenes violentas y cargadas de vulgaridad en casi toda la programación.
A la vez, está una Iglesia Católica y una gran diversidad de congregaciones religiosas que han perdido adeptos entre su audiencia, con una consecuente pérdida de la autoridad moral sobre la sociedad.
López Franco resaltó que la familia ha perdido la figura de autoridad sobre los hijos, y esto se atribuye a la incorporación cada vez mayor de las mujeres al campo laboral, lo cual les obstaculiza tener el tiempo necesario para brindarles educación y atención.
El director de la FCPyS indicó que las instituciones educativas también deben diseñar estrategias de educación sólidas, que contribuyan a prevenir las conductas antisociales y refuercen los valores entre la niñez y juventud, contrario a lo que están haciendo para incorporar como texto auxiliar el libro de los narcocorridos en Sinaloa, por ejemplo.
Sólo un reflejo
Para el sociólogo, José Luz Ornelas, las conductas violentas que muestra la sociedad actual son el reflejo de que el modelo neoliberal no está considerando un proyecto de desarrollo social que vaya a la par del crecimiento económico del mercado.
La obligación que las mujeres han adquirido para incorporarse al campo de trabajo, implica necesariamente un cambio de relaciones al interior de la familia, para los que nuestra sociedad no está preparada ideológica ni mentalmente y por el contrario, se derivan problemas que luego desencadenan en conductas sociales negativas como las que se atestiguan casi a diario.
En este sentido, Ornelas manifestó que la transformación no se ha completado y el proceso no ha concluido, de tal forma que la sociedad vuelca todos sus resentimientos hacia actitudes como las que manifestaron los aficionados a los equipos de futbol que se enfrentaron el pasado domingo en esta ciudad.
Incluso, el esquema neoliberal choca contra el modelo tradicional de la familia que se tiene en nuestro país, además que no ofrece alternativas en el mediano plazo.