Si la apelación fracasa, el sargento, de 34 años, será ejecutado mediante la inyección de un compuesto químico letal.
Fort Bragg (EU), (EFE).- Un tribunal militar de EU impuso hoy la pena de muerte al sargento Hasan Akbar por el asesinato de dos oficiales en una base en Kuwait en un ataque con granadas y rifle en los primeros días de la invasión de Irak, en 2003.
El jurado de 15 personas deliberó durante siete horas antes de elegir la pena capital entre tres opciones posibles, que incluían también la cadena perpetua ordinaria -con posibilidad de libertad condicional- y la cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.
La sentencia emitida hoy se someterá de manera automática a un proceso de apelación.
Si la apelación fracasa, el sargento, de 34 años, será ejecutado mediante la inyección de un compuesto químico letal.
Antes de su deliberación, el jurado escuchó una declaración no jurada de Akbar, quien en voz muy baja pidió disculpas por su acción.
"Quiero disculparme por el ataque que se ha producido. Sentí que mi vida estaba en peligro y que no tenía otra salida. Quiero pedirles perdón", declaró el militar.
La defensa del sargento alega que Akbar se encontraba demasiado enfermo mentalmente como para que el asesinato hubiera sido premeditado, mientras que los fiscales aseguran que se debió a su oposición a que soldados estadounidenses dieran muerte a otros musulmanes en Irak.
En lo que tanto la defensa como los fiscales están de acuerdo es que Akbar lanzó varias granadas contra una tienda de campaña de madrugada y a continuación abrió fuego contra los soldados que se encontraban en el interior, en un ataque en el que murieron el comandante Gregory Stone, de 40 años, y el capitán Chris Seifert, de 27.
El sargento es el primer estadounidense al que se juzga por dar muerte a compañeros de armas en tiempo de guerra, desde la época de Vietnam.