Berlín, (EFE).- Un chico alemán de 19 años confesó ante el juez de la Audiencia Provincial de Verden (norte de Alemania) ser el responsable de la difusión de los virus informáticos "Sasser" y "Netsky", que afectaron el pasado año a ordenadores de todo el mundo y causaron pérdidas millonarias a instituciones y empresas.
Antes de la vista, que se celebra a puerta cerrada, la portavoz del tribunal, Katharina Krützfeldt, señaló que está demostrado que el virus dañó al menos a 143 ordenadores y redes informáticas, pues en Alemania se ha presentado tal número de denuncias.
Expertos en virus informáticos han señalado que es posible que muchas de las empresas afectadas no se presenten como tales para no dañar su imagen, pues ello implicaría reconocer carencias de seguridad en sus sistemas informáticos.
El chico está acusado de manipulación de datos en ocho casos, sabotaje informático y daños a empresas públicas.
Corre riesgo de ser condenado a una pena de hasta cinco años de cárcel, sólo en el caso de que el tribunal considere demostrado que actuó por "impulsos dañinos" o con alevosía.
"Si no, podría ser condenado a multas, a hacer trabajos para la comunidad o a penas de arresto juvenil", señaló la portavoz.
Las pérdidas económicas por la difusión de los virus se elevan a "sólo" 130,000 euros -según el texto de la acusación, que se refiere a los casos conocidos-, pero "en este proceso también se trata de averiguar el importe de los daños, que seguramente se mueve en el ámbito de los millones", dijo la fiscal, Silke Streichsbier.
El virus "Sasser" se coló en mayo de 2004 en los ordenadores a través de una "laguna" de los sistemas operativos de Microsoft "Windows XP" y "Windows 2000" de cuya existencia se tenía noticia desde hacía tiempo.
La difusión del virus a ordenadores ajenos conectados a Internet se produjo a través de una conexión autónoma controlada por un programa que desarrolló el acusado.
El chico también es sospechoso de haber desarrollado otro virus, llamado "Netsky", que afectó también a muchos ordenadores a través del correo electrónico.
La peligrosidad del gusano Sasser, que ha causado estragos en empresas, instituciones y universidades de todo el mundo y cuantiosas pérdidas económicas, radicaba en que, a diferencia de la mayoría de los virus, no necesitaba que el usuario abriera un archivo para activarse.