Moscú, (EFE).- El aparato Cosmos-1 o "Velero Solar" no se separó del cohete Volná, cuyo lanzamiento fracasó el pasado martes, informó Lidia Avdéyeva, portavoz del Centro Lavóchin, constructor de ese aparato, prototipo de las naves del futuro.
"La información de telemetría indicó que el vuelo del Volná se interrumpió 83 segundos después del despegue y, por consiguiente, el Cosmos-1 no pudo separase del cohete y tampoco ubicarse en la órbita prevista", dijo Avdéyeva a la agencia Itar-Tass.
Con el Cosmos-1 a bordo, el Volná despegó normalmente desde el submarino nuclear Borisoglebsk sumergido en el mar de Barents, pero segundos más tarde ocurrió un fallo y dejaron de funcionar los propulsores de su primera fase.
Fuentes de la Flota del Norte señalaron que tras la interrupción del vuelo, los radares emplazados en Siberia y el extremo oriente del país registraron unas señales débiles que pudieron ser emitidas por el cohete o el satélite hasta que se destruyeron.
Advéyeva admitió que esas mismas señales también pudieron ser escuchadas en Estados Unidos, lo que permitió suponer que el Cosmos-1 logró desprenderse del Volná y quedar en una órbita más baja.
Los cohetes Volná son fabricado en el Centró Makéyev, en la región de Cheliabinsk, en los montes Urales, y son una versión modificada de los misiles balísticos intercontinentales RSM-50 (SSN-18 Stingray, según la OTAN) de emplazamiento en submarinos.
El velero espacial Cosmos-1 es un proyecto el Centro Científico Espacial Lavochkin de Moscú financiado por varias organizaciones no gubernamentales y la Sociedad Planetaria de Estados Unidos.
De acuerdo al programa previsto, el Volná debía ubicar al Cosmos-1 en una órbita de 800 kilómetros de altura y una vez allí el aparato desplegaría sus velas para captar el viento solar y comenzar un vuelo en torno a la Tierra.