Priistas y cetemistas cumplieron con su compromiso anual
La clase política priista cumplió su compromiso una vez más. En el octavo aniversario luctuoso de Antonio Ramírez Martínez, líderes sindicales, funcionarios, diputados, empresarios y periodistas se dieron cita en la iglesia y en el panteón para recordar a quien prácticamente fundó y dio vida a la CTM en Durango.
En la Parroquia de Nuestra Señora del Sagrado Corazón de Jesús, ubicada en la colonia Hipódromo, las dos filas principales de enfrente fueron ocupadas por los primeros herederos de la dinastía obrera cetemista: José y Raúl Ramírez Gamero.
Uno, a la diestra del sacerdote José Luis Galindo Amaya, que ofició la Eucaristía; el otro, con su familia, al igual que el primero, a la izquierda del altar.
Mientras, el nieto de don Antonio por parte del ex gobernador José Ramírez Gamero, es decir, el joven diputado José Ramírez Guzmán y prospecto de sucesor en el trono cetemista, veía desde lejos que el ceremonial por su abuelo no deja de generar atracción entre los políticos.
Las butacas de las primeras filas eran ocupadas por la plana mayor de la Federación de Estado de la Confederación de Trabajadores de México. En las del altar de la izquierda estaba, solo, el alcalde Jorge Herrera Delgado.
En el lugar estaban grandes amigos del difunto don Antonio, los cuadros que formó para que acompañaran a sus hijos en el liderazgo obrero. También sus nietos y bisnietos. Y no podían faltar los cuadros más representativos del priismo duranguense sentados, escuchando misa y tarareando algún canto de la Liturgia como si de verdad se lo supieran.
El mensaje del presbítero Galindo fue de reconocimiento a quien encabezó el brazo obrero del PRI por años, Antonio Ramírez.
Pero, también, sirvió como mensaje para que empresarios y trabajadores imiten a Cristo en su quehacer cotidiano, los primeros tratando y pagando bien a los segundos, y éstos devengando con esmero el salario que reciben a través el trabajo.
Al concluir la ceremonia religiosa los presentes salieron al atrio de la parroquia que en vida fue visitada constantemente por don Antonio. Ahí los saludos y los abrazos eran normales, mientras los monaguillos se daban vuelo pidiendo ?bolo? a cada personaje que veían con traje, corbata o simplemente de vestir.
El siguiente acto, todavía más concurrido, fue en la sepultura del Panteón de Oriente, donde mora desde mayo de 1997 uno de los personajes más controversiales, y a la vez más importantes de la historia moderna de Durango.
Presencia
Algunos de los asistentes al aniversario luctuoso de Antonio Ramírez Martínez:
-José Ramírez Gamero.
-Raúl Ramírez Gamero.
-José Luis Galindo Amaya.
-José Ramírez Guzmán.
- Jorge Herrera Delgado.
Fuente: El Siglo de Durango.
