El mal crónico afecta principalmente a las articulaciones, pero puede afectar a otros órganos como ojos, pulmones y nervios periféricos.
En todas las casas se ha escuchado alguna vez el consejo de la abuela sobre no exponerse a cambios bruscos de temperatura o la advertencia de que con las lluvias y el frío aumentan los males relacionados con la artritis reumatoide, lo cual es cierto. Por eso es que hay que recordar algunas recomendaciones para ponerse a salvo de esos males.
Recomendaciones
La doctora Vanesa Gordillo, reumatóloga del Centro Médico Nacional 20 de Noviembre, dice que una recomendación general que cobra importancia durante la época de clima frío y/o húmedo, consiste en realizar ejercicios de estiramiento matutinos que incluyan cuello, brazos, tórax, cadera y piernas.
Y después, dice, es bueno tomar un baño con agua tibia y finalmente arroparse cómodamente. Quienes tienen problemas con estos padecimientos es conveniente que utilicen calentadores adicionales en rodillas o doble calcetín, guantes y bufandas, ya que aunque parecerá extremo brindarán bienestar.
Incurable pero controlable
Según Gordillo, para quienes sufren de algún padecimiento artrítico es fundamental seguir al pie de la letra el tratamiento indicado por un reumatólogo. "Recordemos que se trata de una enfermedad incurable, pero sí controlable y puede lograrse una muy buena calidad de vida", advierte.
Se trata, explica, de una enfermedad inflamatoria crónica que afecta principalmente a las articulaciones, pero por increíble que parezca puede afectar a otros órganos como ojos, pulmones y nervios periféricos.
Es un mal autoinmune, es decir que el sistema inmune (de defensa) ataca a las articulaciones porque no las reconoce como propias, y por ello se inflaman.
De acuerdo con Gordillo, "el tratamiento de la artritis reumatoide se debe hacer de manera temprana y de forma agresiva, con la intención de limitar deformidades por inflamación crónica".
Afirma que recientemente han surgido terapias dirigidas contra algunos componentes del sistema inmunológico encargados de promover la inflamación, como rituximab".
Los cambios climáticos
Al margen de un buen tratamiento, que logre el control de la enfermedad, en algunas ocasiones hay factores que pueden detonar ataques de este mal, como son los cambios climáticos, las infecciones respiratorias y ciertas situaciones de estrés.
Resalta que es parte de la cultura que los cambios climáticos pueden recrudecer los dolores articulares característicos de ésta enfermedad, e incluso de otras en las que también se ven afectadas las articulaciones.
Señala que en cada articulación existen diversos componentes, dentro de los cuales se encuentran el cartílago, la membrana y el líquido sinovial, el último se encuentra en la cápsula articular. Es común que tras un proceso inflamatorio persistente, como sucede en la artritis reumatoide, se incremente la producción de líquido sinovial generando incremento de volumen de la articulación afectada, calor y dolor local.
Los cambios climáticos pueden incrementar la viscosidad del líquido requiriendo mayor esfuerzo para lograr el movimiento, a medida que los movimientos se incrementan con las actividades del día se incrementa el calor corporal, nuevamente toma su consistencia habitual y disminuyen las molestias, indica la reumatóloga.