EL SIGLO DE TORREÓN
MATAMOROS, COAH.- Por el delito de robo agravado con violencia e intimidación de las personas, fue consignada la averiguación que se inició contra tres personas que continúan bajo arraigo en un hotel de Torreón. Las autoridades esperan que el juez emita la correspondiente orden de aprehensión.
Gerardo Torres Carrillo, delegado de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE), región Laguna I, informó que de momento el juez analiza las pruebas que el Ministerio Público presentó en contra de Santiago Lira Bocanegra, alias ?El Maca?, de 24 años de edad; Jesús Lorenzo Ortiz Ruvalcaba, de 24 y Juan Manuel García Ávila de 17.
Los inculpados fueron puestos a disposición del representante social luego que elementos de la Policía Ministerial de esta ciudad, lograron su ubicación, tras ser señalados como presuntos responsables del robo a un rancho en donde el pasado martes 26 de julio fueron ejecutados a tiros dos veladores.
Los arraigados se encuentra hospedados en la habitación 25 del hotel California, ubicado en el bulevar Águila Nacional y calzada Abastos, alojados en la habitación 25, y resguardados por cinco policías, desde la semana antepasada.
De acuerdo a la averiguación previa L1-M1-12/2005, que ya fue consignada al juez penal en turno, los tres matamorenses, fueron señalados por Jesús Zapata Rodríguez, dueño del predio La Manga, como los que hace dos semanas trataron de robar su ganado pero fueron sorprendidos a tiempo.
El asesinato de Apolinar Durán Martínez, de 36 años y de Manuel Reyes Cruz, de 63 años, veladores de La Manga, que fueron contratados al día siguiente del intento de robo, también era investigado en relación al arraigo de los presuntos.
Sin tener alguna prueba contundente en contra de los arraigados en relación al intento de robo y doble homicidio descubierto por el propio Zapata Rodríguez a las 7:00 horas, del martes 26 de julio, las autoridades no descartan la posibilidad de encontrar datos favorables a la investigación.
El dueño de la finca llegó buscando a sus empleados, para llevarlos a carretera y así poder tomar su transporte para regresar a sus casas, pero finalmente los encontró sin vida.
Heridas producidas por proyectil de arma de fuego, alojadas en la espalda, fueron las letales lesiones que sufrieron los veladores, que no se encontraban armados y no tuvieron tiempo de ocultarse o repeler la agresión de sus verdugos, que en forma aparente, no tenían intenciones de robar.