Afectados piden la ayuda del Gobierno para ?comenzar? su vida de nuevamente
Bastó una hora para que el fuego acabara con toda una vida de esfuerzos de tres familias que viven en la última colonia de la mancha urbana al sureste de la ciudad, reduciéndose todas sus pertenencias a cenizas.
Ayer por la madrugada, las casas de Hilario Ibarra Guardado, José Santos Espino y Arnulfo Fuentes Martínez fueron completamente consumidas por un incendio que se suscitó en la colonia San Carlos.
Todos se encontraban durmiendo; de pronto, algunos vecinos se percataron de las llamas que salían de una de las casas de madera y lámina establecidas en ese lugar.
El alboroto y los gritos de los colonos alertaron a los dueños de las viviendas calcinadas; sin embargo, ya nada se podía hacer, simplemente salvar sus vidas.
Algunos de los habitantes salieron corriendo, mientras otros lo primero que hicieron fue sacar a su familia y muy pocos lograron rescatar algún mueble u objeto personal.
El señor Hilario Ibarra Guardado, de 56 años, se dio cuenta del incendio cuando tenía prácticamente las llamas en su cama; por más que trataba de despertar a cuatro de sus hijos menores de diez años y a un nieto, no respondían, estaban completamente dormidos, los tomó en los brazos y los fue sacando uno a uno hasta dejar la casa completamente sola.
Desde la esquina observaba cómo se iban acabando todas sus pertenencias que le costaron tanto trabajo adquirir: televisiones, estéreos, camas, roperos, refrigeradores, estufas y demás muebles se dañaron completamente.
En la casa de don Hilario vivían 11 personas, con don José tres y con don Arnulfo otras tres. Además, hubo una cuarta casa que registró daños en el techo, en donde habitaban siete personas más.
?Gracias a Dios no hubo pérdidas humanas?, decía Hilario, pero con un nudo en la garganta que no lo dejaba expresarse bien, al ver que a sus hijos les tuvieron que prestar ropa los vecinos, porque no lograron sacar nada de su casa; ?hasta el chivo se quemó?, no tenemos ni para comer?, agregó el afectado.
?Yo nomás me acuerdo que intentaba despertar a todos, pero los más chicos no se daban cuenta de lo que estaba pasando; entre todos nos ayudamos para alejarnos de las llamas. Salimos en calzones, de suerte que alcancé a sacar un pantalón, pero los niños no salvaron nada?.
Añadió: ?vi cómo volaban los tanques de gas, cómo se caían los pedazos de lámina y cómo las paredes se convertían en cenizas?.
?Yo trabajo en la obra, pues ya cuando uno está grande no consigue chamba en otro lado; mi sueldo es de 600 pesos a la semana, pero somos muchos y apenas nos alcanza para salir adelante, con mucho esfuerzo nos habíamos hecho de algunos muebles, y otros que me regalaron mis hijos el Día del Padre, pero ya no queda nada?, comentó Hilario.
Agregó que apenas acababa de poner la tubería del drenaje y que había comprado una televisión de las grandes, que le costó más de ocho mil pesos.
Ya no sé qué voy a hacer, recalcaba el afectado; tengo unos hijos casados que me ofrecen su casa, pero ellos tienen su familia, me da vergüenza quitarles un poco de su espacio de sus hijos para meter a los míos, manifestó Hilario.
?Anoche vinieron unas personas que nos preguntaron sobre los muebles quemados; yo pensé que nos iban a ayudar con algo, pero se fueron y no han regresado. No sé si el Gobierno nos pudiera ayudar, pues no es fácil volver a empezar?, finalizó Hilario.
Hilario Ibarra Guardado
víctima
?somos varias familias que nos quedamos practicamnte en la calle, será muy difícil volver a empezar, ojalá que alguien nos pudiera ayudar?.
Pérdida total
diversos artículos se consumieron totalmente tras efectuarse un incendio en la colonia San Carlos.
Televisiones.
Estéreos.
Refrigeradores, roperos ventiladores, estufas, tanques de gas.
Bicicletas.
Ropa.
Dinero.
Lavadoras.
Camas.
Mesas.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Durango.
