CONSUMO INTELIGENTE
EL SIGLO DE TORREÓN
Ahora es posible encontrar todo tipo de platillos mexicanos industrializados.
TORREÓN, COAH.- La Procuraduría Federal del Consumidor considera que algo de lo que se puede presumir como mexicanos es de la amplia y sabrosa variedad gastronómica.
Para todos es bien sabido que los platillos tradicionales son una delicia; sin embargo, el estilo de vida actual (se carece de tiempo para cocinar todos los días) puede llevar a consumir estos alimentos pero envasados, listos para servirse: pozole, chilorio, tacos dorados, una gran variedad de sopas.
Al respecto, el investigador, Felipe Torres, del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, comenta que a pesar de que en México el 65 por ciento del consumo alimentario familiar cotidiano está formado todavía por productos frescos, y que el 35% corresponde a productos industrializados, estos últimos se consumen cada vez más debido a que el patrón alimentario de las grande ciudades se ha modificado.
Lo anterior obedece principalmente a factores como el predominio de los asentamientos urbanos sobre los rurales, la incorporación de la mujer al trabajo y la continua transformación de la industria alimentaria para atender la demanda de los consumidores.
Entre otras cosas, porque la tecnología (refrigerador, horno de microondas) ha llegado a casi todos los sectores.
Por otro lado, la capacidad productiva del país se ha deteriorado y se ha perdido la producción de alimentos básicos (como frijol, maíz y trigo), en gran medida porque la gente del campo emigra a las ciudades (según datos de la FAO, en el año 2000 cerca de dos mil millones de personas de todo el mundo vivían en las ciudades; para el año 2030 serán alrededor de cuatro mil millones).
De acuerdo con lo anterior, en el caso de México (debido tal vez a las remesas que incrementan sus ingresos), los habitantes del medio rural ahora también tienen acceso a la nueva tecnología alimentaria, aunque en menor proporción que en las ciudades.
DE LA LATA AL PLATO.
La doctora, Josefina Morales, jefa del departamento de Ciencia y Tecnología de los Alimentos del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición, Salvador Zubirán, (INCMNSZ), comenta que los productos instantáneos son elaborados por la industria mediante un proceso específico, la adición de conservadores y envases de diversos materiales, lo que les permite mantenerse por mucho más tiempo que los alimentos hechos en casa.
La tecnóloga en alimentos menciona que los procesos de industrialización de estos productos y la técnica que se va a utilizar para conservarlos depende de diversos factores como el tipo de alimento, el tiempo de conservación, su costo y a quién van destinados (niños o adultos, por ejemplo).
Algunos de los procesos y métodos de conservación son los que se mencionan en los siguientes párrafos:
Salazón. La sal es un conservador que provoca que los alimentos pierdan agua, es decir, evita la humedad y por tanto su descomposición.
Liofilización. Es otro proceso de deshidratación; la diferencia radica en que el producto antes de ser deshidratado se congela para posteriormente desecarlo mediante el vacío.
Enlatado. Los alimentos se preparan, se enlatan y esterilizan (se somete el recipiente cerrado a altas temperaturas para asegurar la destrucción de los gérmenes patógenos).
Alimentos congelados. Los alimentos se congelas a bajas temperaturas para reducir la posibilidad de desarrollo microbiano.
Alto vacío. Se elimina todo el oxígeno presente, ya que éste es un oxidante que provoca la descomposición del alimento.
Atmósferas controladas. Se elimina el oxígeno del envase y se sustituye por una serie de gases que protegen el alimento.
ANTE TODO LA SALUD.
De cualquier forma, la incertidumbre acerca de la conveniencia o no de comer productos con aditivos químicos (sustancias añadidas a un alimento con un propósito específico: antioxidantes, saboreadores o edulcolorantes) está presente.
Al respecto, Josefina Morales señala que todos los conservadores que se utilizan actualmente en los alimentos han sido estudiados y aprobados por organismos internacionales y nacionales como la Administración Federal de Alimentos y Drogas de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) y la Dirección General de Control Sanitario de Alimentos y Bebidas de la Secretaría de Salud.
Sin embargo, es cierto que algunos alimentos ?instantáneos? tienen alto contenido de sodio (sal), energía o grasas saturadas, que al consumirse en exceso (más de dos veces por semana) pueden provocar daños a la salud, así que lo mejor es consumirlos con moderación.
Prevenir.
Según datos del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMNSZ), en la República Mexicana el 15 por ciento de la población padece de presión alta, en mayor medida en las ciudades, pues se consumen en promedio más de 20 gramos de sal al día. Un dato más: a muchos productos industrializados, sin necesidad, se les agrega una combinación de sal y azúcar para resaltar el sabor, hecho que se debe conocer y con el cual hay que tener cuidado, pues el consumo exagerado de azúcar (el consumo diario recomendado es de 60 gramos para el hombre, 50 para la mujer y el escolar y 30 para el niño pequeño) se relaciona con problemas de obesidad, diabetes, arteroesclerosis y tromboembo-lias.
En la actualidad no hay una mesa en la que no exista algún alimento industrializado como jugo o tortillas, tal vez porque los miembros de la familia llegan tarde de trabajar y les es más fácil abrir una lata, una bolsa o una botella que cocinar los alimentos. Sin embargo, debe hacerse el esfuerzo de cocinar para evitar que la comida industrializada sea la mayor proporción de la dieta.
Opciones.
Para quien no tiene tiempo de guisar, algunas opciones para una dieta saludable son:
Comprar su comida en las cocinas económicas (siempre y cuando esté seguro de que es un lugar higiénico).
Comprar la comida preparada en el supermercado. Los alimentos deben estar protegidos. Tenga especial cuidado porque generalmente los mantienen calientes, pero sin llegar al hervor, lo que en algunos casos puede provocar su descomposición.
Si acude al supermercado a surtir su despensa, procure incluir productos crudos y frescos. Por ejemplo, compre fruta no completamente madura como plátanos o papayas para que en el transcurso de los días se madure y sea comestible.
Cocine para varios días y congele por raciones según el número de comensales, o para llevar comida a su lugar de trabajo.
FUENTE: Procuraduría Federal del Consumidor