En ocasiones nos enteramos de que alguna empresa sufrió un fraude y nos preguntamos que debemos hacer para que en nuestra empresa esto no suceda.
Existen varios elementos que intervienen para que un fraude se cometa como lo son la oportunidad y la presión que tiene quien comete el fraude.
Quien comete un fraude lo puede hacer por presiones financieras, vicios o adicciones, presiones relacionadas con el trabajo, presiones sentimentales u otras causas.
Si bien las presiones que tienen los trabajadores no las podemos controlar en la mayoría de los casos, si debemos ser muy observadores del comportamiento del personal.
Lo que si podemos controlar para evitar un fraude es no dar la oportunidad para que esto suceda.
Varios son los factores que aumentan las oportunidades de las personas para cometer los fraudes, por ejemplo: Falta de control para prevenir o detectar comportamientos fraudulentos. Falta de habilidad para juzgar un funcionamiento de calidad. Fallar en las medidas correctivas para disciplinar a los autores del fraude. Falta de acceso a información clara y oportuna. Ignorancia, apatía e incapacidad. Falta del adecuado soporte documental en las operaciones.
Un adecuado control interno permite minimizar el riesgo de un fraude, la próxima semana abundaremos más sobre este tema.
Esta publicación ha sido escrita en términos generales y con el único objeto de que sirva como referencia general.
La aplicación de su contenido a situaciones concretas dependerá de las circunstancias específicas en cuestión.
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