Mucho se ha dicho que los mexicanos leen poco, conociendo las estadísticas sobre la lectura, nos damos cuenta que si ésta fuera indispensable para seguir con vida, el país contaría solamente con unos cuantos habitantes. No es de sorprender que los mexicanos lean poco si es de sobra conocido que los intentos por fomentar la lectura se pueden contar, como dice mi tía Goya, de El Cercado Nuevo León, ?con los dedos de las manos ??y sobran manos?.
Se pudiera pensar que el costo de los libros es uno de los frenos que impiden desarrollar este hábito pero en realidad hay buenas lecturas de todos los géneros al alcance de todos los bolsillos además de contar con bibliotecas públicas que tienen buen surtido y son gratuitas. Lo que si puede ser un freno es el hecho de pensar que el comprar un buen libro es un gasto en lugar de considerarlo como lo que es: una buena inversión, los libros nos transmiten conocimientos, experiencias, nos abren los ojos a las oportunidades, nos dan cultura, aumentan nuestro vocabulario y pueden ayudarnos a cambiar nuestra vida para mejorarla, dándonos las herramientas, los métodos y las estrategias para lograrlo.
La lectura más común, la de los diarios y periódicos, la cual nos permite estar al tanto de lo que pasa en el entorno local, nacional e internacional tampoco está muy difundida, y eso se refleja en la disparidad entre los tirajes de los mismos y el número de habitantes. Son muchas las personas que a manera de excusa alegan que cuando leen, casi de inmediato los asaltan ataques de bostezos, se les ponen los ojos llorosos y les dan unas ganas tremendas de dormir.
Dentro del reducido segmento de las personas que si leen, muchas de ellas confiesan que han desarrollado el habito de la lectura porque diariamente lo practican ¡en el baño de su casa!. ¡Sí!, personalmente conozco muchas personas que aceptan de manera tajante que para ellas, el mejor lugar para disfrutar la lectura lo es es el retrete, aparato que como todos sabemos, sirve de receptáculo cuando realizamos el fisiológico acto de descomer.
El director de un instituto de educación superior, confiesa que disfruta mucho de la lectura sentado en ?el trono? como el lo llama, refiriéndose al sanitario; ávido lector de todo tipo de libros, este culto personaje presume con humor la gran cantidad de libros que tiene diciendo que la suya no es una biblioteca sino una ?cacoteca?. Otro buen amigo me comentaba hace algunos días que su lugar preferido para leer es el baño y para enfatizar que disfruta mucho de la lectura en ese sitio con los antebrazos apoyados en la parte frontal de los muslos, dice que lee hasta que ?se le duermen? los pies por permanecer largo tiempo inmóvil en esa postura. Un destacado empresario lagunero con quien tuve la fortuna de viajar en muchas ocasiones al extranjero, desde el primer viaje me aclaro: ?Juan Manuel, no me espere para desayunar juntos, mi ritual de todos los días es leer el diario del día de principio a fin o un buen libro, acompañado de una rica taza de café, sentado en el sanitario, ese es mi desayuno?.
Pues bien, con este hecho, sabiendo que entre los aficionados a la lectura hay muchas personas que desarrollan esta actividad cuando están en el baño, un escritor publicó un libro cuyo título es ?Para leer en el baño?, este libro es una recopilación del autor hecha a lo largo de muchos años de búsqueda de todo aquello que suene a insólito, curioso, extraño, o datos triviales pero simpáticos los cuales son tema de conversación en cualquier reunión.
Entre los datos curiosos, por ejemplo, a propósito del sanitario o inodoro, menciona que el michoacano Juan José Ceja, es el creador, para beneficio de la humanidad, del dispositivo que evita que los malos olores salgan del gabinete sanitario: el sistema de sifón. El libro además contiene 184 notas sobre diferentes temas por demás interesantes de historia, política, incredulidades y curiosidades, inventos y descubrimientos. Algunos títulos de los temas son: ?La radio cura la calvicie?, ?Mao Tse Tung, campeón del ping pong?, ?Político sin guaruras?, ?Los botones de Don Porfirio?, ?La mayor inflación de la historia?. ?Compra de esposas en Tanzania?, ?Los policías gordos no funcionan?, ?Si Juérez no hubiera muerto?, ?La mejor amiga del hombre?, ?Como se inventó el papel higienico?, ?Como se mide la velocidad de la luz?, ?La toalla femenina es producto de la guerra?, ?Como se sabe la edad de los dinosaurios? y otros temas interesantes.
Así como hay muchas personas que prefieren leer en el baño, las hay también que prefieren leer acostados por la noche antes de dormir, otros lo hacen en el más cómodo sillón de su casa o en una mecedora. Lo importante es desarrollar el hábito de la lectura. Para aquellas personas que se quejan de que intentan leer pero les da sueño de inmediato, les recomendamos que insistan a diario durante un tiempo determinado, veinte o treinta minutos y el hábito con toda seguridad se desarrollará y tarde o temprano encontraran el gusto por la lectura. La lectura no es un pasatiempo, es una necesidad imperiosa del nuevo siglo; aparte de los libros de texto, debemos estar al día respecto a lo que sucede en nuestro entorno leyendo los periódicos, también es imprescindible permanecer actualizados en nuestras áreas de trabajo leyendo libros y revistas especializados y cultivarnos leyendo libros sobre diversos temas que nos permitan crecer y ser mejores cada día.
La mejor forma de fomentar en los niños y jóvenes la lectura de libros es el ejemplo, a sus hijos se les despertará el gusto por la lectura prácticamente de forma inconsciente, al verlo a usted invertir parte de su tiempo en forma periódica en esta actividad. ¡Leámos aunque sea en el ?trono?!
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