Los huracanes y tormentas tropicales han dejado en nuestro país más de dos millones de mexicanos damnificados, más los que se siguen acumulando en estos días, además de los daños materiales los cuales también siguen aumentando.
En el recuento de las afectaciones, el titular de la Secretaría de Gobernación (Segob) Carlos María Abascal Carranza informó que en los siete estados devastados hay más de 400 municipios en situación de emergencia, dos mil 956 comunidades inundadas, y más de dos millones de personas que han sido afectadas en sus hogares y sus pertenencias y que sufren la falta de agua, alimentos y alojamiento.
Los medios hablan de más de 130 fatalidades y decenas de desaparecidos y heridos; los datos oficiales indican un número menor de pérdidas de vidas humanas. Además de las 173 mil viviendas afectadas tanto en el medio rural como urbano, de las cuales dos mil 254 son pérdida total, casi todas en la ciudad chiapaneca de Tapachula, se suman ahora las pérdidas de los estados del sureste del país debido a los huracanes más recientes.
Al mismo tiempo que suceden estas desgracias afectando a millones de hermanos mexicanos, con tristeza nos enteramos de la forma en que los políticos que como aves de rapiña sobrevuelan la candidatura a la presidencia de la república, se dan con todo para descalificar a los contrarios y sacan a relucir los trapos sucios de sus contrincantes que, como ellos, luchan literalmente por alcanzar y usufructuar por seis años lo que a todas luces ven como jugoso botín de poder y de dinero.
En todos los partidos los aspirantes a la candidatura presidencial se ven dispuestos a hacer todo lo que se necesite hacer para alcanzar su objetivo, a todas luces se nota que para todos ellos, el fin justifica los medios. Todo se vale, todo esta permitido, es obvio que en el afán de atacarse mutuamente, la búsqueda de talones de Aquiles de sus oponentes, no tiene que ser muy exhaustiva pues por lo que se ve, todos tienen cola (y muy larga) que les pisen.
Nos damos cuenta de que lo que menos les interesa es el país, en lo que menos piensan es en el bienestar del pueblo. Ante todo, están sus intereses personales y para conseguir lo que se proponen, guardan los trapos sucios de sus contrincantes, incluyendo a los de su propio partido, como armas de ?fuego amigo? que utilizaran en el momento que crean más oportuno para aniquilar a quien signifique una amenaza para sus aspiraciones presidenciales. El caso de Arturo Montiel es patético, después de ser exhibido como una persona sumamente corrupta, sin nada creíble que decir en su defensa, se retira de la contienda y el vocero oficial del Partido Revolucionario Institucional (PRI), olímpicamente y sin sonrojarse por lo que decía, comento que ?el Comité Ejecutivo Nacional de este partido extiende su mas profundo respeto y consideración al desprendimiento, grandeza de miras, generosidad y estatura política de Don Arturo Montiel Rojas por retirarse de la precandidatura preservando la unidad del partido?. Ahora resulta que el angelito es casi un héroe nacional y poco faltaría para que el Papa Benedicto XVI lo canonice en vida y que todos los mexicanos le organicemos un acto masivo de desagravio.
¿Cuántas sorpresas nos esperan a los mexicanos de aquí a las próximas elecciones presidenciales? ¿Cuánto canibalismo político más vamos a presenciar?¿Cuanto dinero adicional, que se podría usar para mucho mejores fines, se va a gastar en publicidad electoral además del que se están gastando en las precampañas? Aunque a algunos de los precandidatos no se les llegara a atacar por sus contrincantes dando a conocer actos de corrupción en los que han participado o exhibiendo el enriquecimiento inexplicable de ellos o de sus familiares cercanos, aún así, la gran mayoría de la gente desconfía de quienes aspiran a la presidencia y tienen la percepción de que son corruptos mentirosos y cínicos hasta las cachas.
La desconfianza del pueblo y la mala imagen que tiene la gente acerca de la gran mayoría de los políticos se debe sin lugar a dudas, a éstos últimos pues hemos visto que en la clase política muchos individuos se han enriquecido y han salido de pobres asegurando el futuro económico para varias generaciones de sus familias pues el sueldo oficial que han recibido durante los años que han vivido del presupuesto, no justifica los bienes y propiedades que han acumulado en sus años de ?sacrificio? por servir al pueblo. Desde hace varias generaciones, los mexicanos hemos sido testigos de cómo funciona la política, por muchísimos años, todos sabíamos que el futuro económico estaba asegurado para quien gracias a la política ?a la mexicana? resultaba ganador en las elecciones de cualquier puesto. Todos fuimos cómplices al aceptar que a quien ejercía un cargo público la diosa fortuna lo favoreciera para salir de pobre y para terminar su período con sus arcas llenas. La política mexicana ha producido durante mucho tiempo, millones y millones de damnificados. Gracias a quienes ejercieron el poder desde la silla presidencial, los pobres se han multiplicado, los indígenas siguen en la marginación, las zonas rurales están en el olvido, el campo cada vez produce menos y ahora tenemos que importar lo que antes exportábamos. Muchos mexicanos siguen jugándose la vida intentando cruzar la frontera para buscar en los Estados Unidos lo que aquí no pueden encontrar para tener una vida digna.
Cuantos damnificados han producido el pago de la tenencia de automóviles, el Fobaproa, las compras fraudulentas de la Conasupo, los malos manejos del dinero de Petróleos Mexicanos (Pemex), las famosas partidas secretas presidenciales, las grandes cantidades de dinero que se asignan a los legisladores y que no necesitan comprobantes de gastos, los famosos bonos de marcha, el ?borrón y cuenta nueva?, las inútiles investigaciones que se presumen llevar ?hasta sus últimas consecuencias? , el petate del muerto llamado ?juicio político? el cual prácticamente no opera y cuando opera es por revanchismo político más que por deshonestidad, corrupción o mala administración.
¿Cuantos damnificados produjo el sexenio del ?arriba y adelante??, ?Cuantos damnificados produjo el sexenio de ?la corrupción somos todos? el cual también fue el de la ?administración de la riqueza?? Tampoco nos fue bien con el sexenio gris de la ?renovación moral? ¿Como dejó a los mexicanos el sexenio de la ?Solidaridad?? y, ¿Cómo quedamos después del sexenio del ?bienestar para todos?? Este último sexenio de todos y todas, tampoco cumplió las expectativas pues los políticos lo convirtieron en el sexenio del ?todos contra todos?.
Por todo ello, no hace falta la explicación de por que el abstencionismo nacional va en aumento, en tan solo ocho años, de 1997 al 2005, la disminución en la participación ciudadana ha sido de ¡16 puntos!. En 1997 el promedio anual era de 65 por ciento y en el año 2005 es de 49 por ciento. Es evidente a todas luces que la gente está harta de los políticos y ello se refleja en que de cada diez ciudadanos, seis no se identifican con ningún partido político.
He escuchado a muchas personas decir que en las próximas elecciones para presidente de la república votaran por x candidato porque es ?el menos malo? de todos. Que pena que no podamos contar con una opción de liderazgo legítima, que convenza, en quien podamos confiar, de quien no nos tengamos que cuidar para que no nos vuelvan a saquear. Está plenamente demostrado hasta hoy que los políticos no son la opción mas viable para sacar adelante a nuestro país, este trabajo, el de hacer que México resurja, nos corresponde a todos para asegurarnos de que quienes tengan el poder lo usen para beneficio de la sociedad y no más para beneficio propio. Evitemos con nuestra participación decidida y comprometida que los políticos sigan produciendo más damnificados.
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