EL SIGLO DE TORREÓN
Franca y abierta, desde muy joven ha sabido luchar por sus ideales, ello ha llevado a Lourdes incluso a enfrentarse a su padre cuando no la apoyó para cursar una carrerea universitaria diciéndole: “en mi casa las mujeres no estudian, porque no voy a invertir mi dinero para que al año me digas que te casas”. Su madre fue más tolerante y le propuso que trabajara para pagar sus estudios. Se contrató en una tienda de departamentos como cajera y luego consiguió su cambio al área administrativa para tener un horario más flexible y así poder estudiar relaciones industriales en la Universidad Iberoamericana.
Después de estar un buen tiempo en la primera tienda de departamentos, llegó a una cadena más grande que le sirvió de catapulta para lanzarla al reto más grande de su vida: el cargo de Directora de la Asociación Mexicana de Código de Producto (AMECOP), una empresa que nació hace 18 años y la cual, un grupo de destacados empresarios pusieron en manos de Lourdes a pesar de su juventud y sin importarles que fuera mujer. Ella cree que le dieron el puesto porque es muy aguerrida, porque nunca se ha sentido discriminada y porque no le asustan los retos. Obviamente que en aquella época, Lourdes no sabía lo que era un código de barras ni la trascendencia que éste tendría, “me entregaron el manual y yo solo veía rayitas delgadas y gruesas pero no sabía para que servían ni como funcionaban”. El objetivo era que todos los productos tuvieran código de barras y que todas las tiendas implementaran el escaner óptico que se encarga de recibir y enviar una señal electrónica. En ese entonces, ir a la tienda era una locura pues las filas eran de más de sesenta personas en cada caja, el servicio era lentísimo y había muchos errores de registro y cancelaciones pues muchas etiquetas no tenían marcado el precio.
En un entorno económico adverso y con la tecnología apenas despuntando, Lourdes tuvo que recorrer todo el país tocando muchas puertas pero sin obtener ninguna respuesta. Dice Lourdes: “Me di cuenta que primero tenía que aprender el lenguaje de los negocios y también, a escuchar; así descubrí que la clave estaba en ofrecer soluciones a través de un proyecto único”.
Después de seis años de intenso trabajo, 1500 empresas aceptaron el reto pero las demás no quisieron entrar, faltaba empatar las empresas con los fabricantes para que el negocio empezara a caminar. La primera empresa en aplicar el modelo del proyecto fue el Grupo Cifra y después le siguieron Comercial Mexicana, Gigante y Soriana. La estrategia funcionó y en 1992 AMECOP ya tenía 5,600 empresas afiliadas.
Con una trayectoria profesional muy intensa, su vida personal no lo ha sido menos, se ha casado dos veces; cuando empezó este trabajo, tenía dos años de casada con su primer esposo con quien tuvo un hijo, José Ramón y se separaron once años después. Con la separación, decidió dedicarse a su trabajo en cuerpo y alma, aunque ello significara no poder dedicarse de tiempo completo a su hijo, “no me gusta quedarme en casa, se que no puedo darle a mi hijo lo que no tengo; si no estoy bien conmigo, no puedo estar bien con él”, comenta. Su hijo ahora tiene quince años y no solo la entiende, también se siente orgulloso de ella. La pasión por su trabajo le sirvió de refugio para superar su fracaso sentimental.
Ahora el código de barras lo podemos ver entre muchos otros servicios, en el manejo de las nóminas, en el acceso de puertas, en el reloj chocador, en el área de ensambles, en la industria automotriz, en las convenciones y hasta en los maratonistas para poder medir el tiempo de cada corredor. Cuando el proyecto inicial funcionó, Lourdes ya estaba trabajando en un nuevo reto: diseñar un intercambio electrónico de datos el cual ahora es conocido como EDI, Electronic Data Interchange. En 1995, AMECOP se renovó, cambió de imagen y de nombre naciendo de esta forma AMECE, Asociación Mexicana de Estándares para el Comercio Mexicano, estrenando un proyecto nuevo: Alineación y Sincronización de Base de Datos, contando en la actualidad con una base de datos de 190 mil productos poniendo los ojos después en otro ambicioso proyecto: la factura electrónica con las mismas características y objetivos de la tradicional, pero que viaja electrónicamente con elementos de seguridad.
Como profesional, la Directora General de AMECE ha vencido todos los obstáculos y se dio tiempo para recuperar su vida sentimental, se volvió a casar hace dos años, es la segunda vuelta de los dos, él tiene tres hijos y se entienden bien. Un trabajo absorbente, una vida armoniosa y todavía le queda tiempo para ocuparse de su hogar, para jugar golf, leer un libro, ir al cine y ver una telenovela. La clave es saber administrar el tiempo. Lourdes Sánchez de la Vega es una ejecutiva que aprendió a elegir su destino y a aprovechar todas sus oportunidades para ganarse un sitio en el más alto nivel.
Ahora Lourdes trabaja en la siguiente innovación, llegar al súper, tomar tu carrito, empacar tu misma la mercancía conforme la vayas seleccionando, después pasar por una arco y por medio de radiofrecuencia se detecten todos los productos, se hace la suma automática de todo lo que llevas y ya nada más vas a la caja a pagar con tu tarjeta, ¡fabuloso!, ¡con solo pasar por el arco!
Comarca Lagunera. Febrero, 2005.
Correo electrónico: jgonzalez2001@hotmail.com
