?Muere niña por deudas de drogas?. Cuando los encabezados de algún periódico tienen que ver con la población que habitualmente manejo, niños y adolescentes, se prende un sistema de alarma en mi interior.
No alcanzaba a digerir el encabezado. Tuve que leer la nota a dos columnas para entender que se trataba de una chica de 14 años involucrada en la venta de grapas de cocaína, a la cual acosó una deuda para ella impagable de tres mil pesos, lo que la llevó al suicidio.
Una jovencita de la misma edad que mis hijos. Los miro a ellos con sus inquietudes, sus chacoteos, y sus ilusiones frente a la vida, y me parece casi imposible pensar en una chica que en lugar de ir al cine, o reunirse con los amigos, o leer una revista, se halla en el tráfico de estupefacientes. La imaginación me llevó a visualizar lo que serían sus días de escuela, sus ratos de ocio, y lo tormentoso de sus noches, cuando las sombras de las deudas iban robando lo poco que quedaría de infancia en ella... Una nota que supuestamente escribe la chica explicando por qué no podía pagar la cuota solicitada por los expendedores semanalmente, y la amenaza recibida por parte de ellos, quienes le daban un plazo de ocho días para pagar... Ya puede uno imaginar lo que va implícito en la amenaza, contra la chica, o su familia, o su novio.
Veo esto en el periódico, al tiempo que vengo observando en esta ciudad fronteriza como cambia el fenómeno migratorio. Ahora ya no prevalecen los campesinos bajitos, de piel curtida por el sol, que abandonan la yerta tierra para venir en busca de alguna oportunidad. Cada vez aumenta el número de jóvenes de aproximadamente 20 años, altos, sanos, bien alimentados, que transitan por las calles de la ciudad. Me llama la atención su ropa que luce nueva y limpia, buen calzado, y una mochila que no tiene más de algunas semanas de haber sido adquirida. Pudiera decirse que van peinando el primer cuadro, y no desaprovechan la ocasión de ir tocando puertas o abordando a los ciudadanos con la historia de que los echaron y no tienen para regresarse a sus respectivos sitios de origen. A estos mismos muchachos volvemos a ver semanas después, la mochila impoluta, los zapatos limpios, en la misma actitud, lo que no ha dejado de sorprenderme sobremanera.
¿Explicación? Se antojan varias hipótesis; en lo particular me quedo con la más sencilla. Son jóvenes que han hallado en esta forma de actuación su modo de vida; posiblemente para ir al cine con la novia, comprar droga, o tal vez sí tengan la intención de ahorrar para cruzar al lado americano, pero a costillas del resto de la ciudadanía. Hace precisamente ocho días se aproximó un joven de similares características a bordo de una bicicleta; mientras me preparaba para salir fui observando el modo como avanzaba con dos o tres pedaleadas de casa en casa, con similar petición y cuando lo tuve frente lo escuché hablar entre dientes y con un tono lastimero, pidiendo ?ayuda para un pan? lo que no correspondía en lo absoluto con la vestimenta ni la bicicleta, la cual se hallaba en muy buenas condiciones.
Tenemos a la chica que se suicida por una deuda para ella impagable, involucrada en el tráfico de drogas. Y tenemos los jóvenes provenientes de núcleos familiares que actúan como esperando que la ciudadanía sustente la consecución de sus caprichos inmediatos, sin hacer mayor mérito propio por conseguirlas... Ejemplos de espejismos que matan, tanto la personalidad de los jóvenes, como la integridad de los pueblos.
Todo lo anterior contrasta con dos hechos relevantes para la región: Por una parte fallece don Pascual Chávez López, prominente personaje y padre de dos muy conocidos ciudadanos, el primero magistrado, y el segundo a cargo de una importante congregación religiosa a nivel mundial. Don Pascual -como señala la atinada pluma de Roberto Orozco Melo- fue hombre de trabajo, quien inició desde abajo con un proyecto de vida que vio por demás cristalizado. Muere a 95, y lo hace con un libro de cuentas claras, al día, sin deber nada a nadie.
Por otra parte se rinde homenaje al extinto don Evaristo Pérez Arreola, singular político acuñense que supo trabajar más allá de las tendencias partidistas, llegando a lograr un trabajo conjunto de los distintos partidos en favor de la ciudadanía.
¿De qué están hechos estos grandes hombres que trascienden y hacen historia? ¿Qué nos está fallando ahora? Si tuviéramos que decirlo en pocas palabras, yo mencionaría tres: ?Disciplina, unión familiar, y temor de Dios?.