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CONTRALUZ/MÁS ALLÁ DE LA CIENCIA

DRA. MA. DEL CARMEN MAQUEO GARZA

El ser humano, como ente pensante, se hace preguntas, y de alguna manera el desarrollo de la civilización ha tenido que ver con la búsqueda de respuestas para esas grandes interrogantes.

Hace un par de noches me topé con una luna increíblemente portentosa, ufana, que hacía alarde máximo de sus tonos anaranjados mientras pendía inmóvil del centro del firmamento. Tuve oportunidad de observarla por buen rato, y me sorprendió que pareciera dispuesta a permanecer en un mismo sitio durante toda la noche. Aunque no, como todo en esta vida, su ascenso es dinámico, y un par de horas después la volví a ver, ahora color queso menonita, cubierta pudorosamente con algunos jirones de nube muy blanca, que contrastaba con su tono dulzón.

Ahora bien, volviendo a este asunto de las grandes interrogantes del ser humano, que ya traía yo caldeando en el interior de mi cabeza, me pregunté qué se habrían preguntado ?valga la redundancia- los hombres de las cavernas cuando se toparon de frente con semejante luna. Probablemente pensaron que se tratara de una diosa que se aproximaba a ellos; quizás la visualizaron como una amenaza que iría a aplastarlos en el curso de la noche, o posiblemente pensaron que, temerosa ella después de haberlos visto, iba huyendo por el límpido firmamento para esconderse en una casa secreta allá, del otro lado del cielo.

Y así quise replantearme las grandes preguntas de la civilización: Las que dieron lugar a la caza de especies para la supervivencia de grupos nómadas: las que llevaron a los individuos a agruparse, y posteriormente a asentarse. Aquéllas que condujeron a las almas aventureras a explorar más allá de los confines cercanos, para traerlos hasta América.

De igual forma entiendo que haya sido una pregunta la clave para el diseño de la rueda: la construcción de navíos, o la creación de la primera prensa y el advenimiento de la era moderna.

Muchas interrogantes nos han llevado desde a la Medicina tradicional, mágica y herbolaria, a descubrir el origen de las enfermedades infecciosas: los tratamientos para problemas cancerosos, o la relación entre la dieta y las enfermedades crónico-degenerativas.

En cada campo, ha sido, ya con el advenimiento del Método Científico, una pregunta que se transforma en hipótesis, la que ha promovido los grandes cambios de la era científica y tecnológica, dentro de la cual hemos tenido la fortuna de existir.

Cierto no es sólo en estos rubros en los que el ser humano se hace planteamientos. Habrá sido tradicionalmente este preguntarse y tratar de contestarse, lo que habrá llevado a la elección de una pareja, a la conformación de grupos y sociedades, y a la consecución de grandes metas. Seguramente el ser humano habrá despertado cada mañana con una pregunta por contestarse.

Sin embargo, ya siendo prácticos, hay una serie de interrogantes que atañen a los tiempos actuales de nuestro país, para las que no hallo una respuesta adecuada. Van algunas de las que me inquietan e intrigan, y probablemente el compartirlas sea más catártico que otra cosa:

¿Por qué ha proliferado exponencialmente el narcotráfico en el mundo?

¿Se resolvería buena parte del problema legalizando el uso de la droga?

¿Por qué se llama a cierto armamento ?de uso exclusivo del ejército y las fuerzas armadas? si todos los cárteles de la droga lo tienen?

¿Cómo lo consiguen?

¿Por qué se destinan sustanciosos presupuestos a los partidos políticos para sus campañas?

¿Cuántos kilogramos de fríjol podrían comprarse con lo destinado a los arreglos florales de cualquier desayuno político?

¿Se justifican las grandes comitivas que acompañan a los funcionarios, generando erogaciones millonarias?

¿Por qué tenemos gobiernos de primer mundo gobernando a pueblos de tercer mundo?

¿Por qué no se actuó enérgicamente contra los implicados en la matanza del 68?

¿Qué da la función pública para que muchos personajes se aferren a no dejarla nunca?

¿Por qué se persigue más a un causante asalariado que al gran evasor que gana en una semana lo que el asalariado devenga en toda su vida laboral?

¿A quiénes benefició en realidad el FOBAPROA?

En fin, estas interrogantes, junto con muchas más, bullen dentro de mi cabeza. Las otras se refieren a los usos potenciales del rayo láser, a la creación de nanobots, y a tratar de calcular la fecha cuando el hombre llegue a Marte. Debo aclarar que estas últimas no me causan tanto prurito, pues aplicando las leyes científicas universales, lograré resolverlas. Sin embargo las preguntas enumeradas me provocan hasta ronchas, pues están más allá de toda lógica científica.

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