En cualquier campo de juego, incluso los de instituciones educativas es fácil adquirir embriagantes
El vistoso letrero prohíbe la entrada de personas con bebidas embriagantes. Pero casi nadie le hace caso. En las instalaciones deportivas del Colegio de Ciencias y Humanidades (CCH) el consumo de alcohol, cerveza y droga es una realidad de todos los días, principalmente en fin de semana.
Sin embargo, no es el único sitio dedicado al esparcimiento deportivo que concentra decenas de bebedores consuetudinarios sin que haya autoridad que ponga orden. Prácticamente en todas las canchas de futbol, basquetbol y beisbol se repite la misma escena.
En áreas especializadas en justas de balompié es más común ver que se ingieran bebidas etílicas por parte no sólo de las porras de los equipos, sino de los propios jugadores quienes, antes, durante, en el medio tiempo y al finalizar los encuentros dan rienda suelta a la fiesta del triunfo, la derrota o el empate con la ingesta de cerveza.
La situación, ha sido bien aprovechada por los administradores y cuidadores de los espacios deportivos. También por gente ajena a los mismos y ligada a las asociaciones que organizan los torneos de futbol.
Es decir, sin necesidad de aplicar acciones de mercadeo para atraer consumidores, la clientela es segura, estos personajes han encontrado el modo de hacer negocio emborrachando pseudodeportistas.
Un recorrido hecho el fin de semana pasado por las canchas del ex balneario La Flor, en las llamadas ?Prepas?, el CCH y las unidades aledañas al Estadio Olímpico Francisco Zarco, El Siglo de Durango detectó que la venta y el consumo de alcohol y cerveza no es circunstancial.
hay gente que con la protección de los directivos de las diferentes ligas expende vino, cerveza y las llamadas ?micheladas? en vaso para llevar desde puestos metálicos o automóviles acondicionados como cantinas rodantes.
VENTA CONSENTIDA
En las canchas pertenecientes a la Universidad Juárez y ubicadas en el fraccionamiento Bosques del Valle, el reparto de embriagantes es a precio módico y sin necesidad de salir del establecimiento, pues en un puesto que aparenta vender frituras y refrescos se mantiene siempre fría la cerveza. El envase regularmente es prestado a los clientes de confianza.
Antes, según lo reconoce la gente que despacha en ese lugar, la venta era por parte de los integrantes de la Federación Estudiantil Universitaria de Durango (FEUD), hasta que hubo problemas de denuncias mediáticas y el negocio se acabó, mientras los anteriores dirigentes del estudiantado universitario se escudaban con que era una forma de ayudarse para beneficio del alumnado.
En establecimientos como éste, o como los que se localizan en la periferia del Estadio Francisco Zarco, llegar en un automóvil cargado de cerveza no es nada difícil. Al contrario, resulta sumamente fácil acceder a cartones del líquido embriagante para comenzar festines improvisados y recurrentes.
Regularmente, las autoridades no accederán a hacer revisiones de rutina, por lo cual la fiesta y la ingesta de alcohol al aire libre y en áreas ?familiares? nunca se detienen por este motivo.
Aunque, eso sí, si llegara a presentarse una trifulca entre jugadores al punto ebrio, es posible que la Policía Preventiva haga su arribo varios minutos después de que todo concluyó. Lo del alcohol es probable que ni lo tomen en cuenta, por ser común en todas las canchas.
VERSIONES DE UN CASO
En el caso concreto de la Unidad Deportiva del CCH, donde hace días el encargado de cobrar las entradas asesinó a un deportista por diferencias que poco se explayaron en el parte policiaco; la realidad que mencionan los agentes policiacos y algunos testigos indica que mucho tuvo que ver el asunto de los embriagantes.
Lo indagado con agentes de la Ministerial y con usuarios de esas canchas en el recorrido hecho por este diario infiere que el hoy occiso junto a otras personas llevaba tiempo bebiendo cerveza tras un juego de futbol que disputaron.
Como sucede casi todos los días y en casi todas las canchas, sobre todo en los de mayor afluencia de futboleros ?sábados y domingos-, esta persona habría salido y reingresado a las canchas del CCH en varias ocasiones, pues el alcohol se diluía como espuma ante el sol y el calor que ya calaba.
Por alguna situación relacionada con ese constante ir y regresar, los ánimos se caldearon con el cuidador de la puerta, quien al parecer quiso asumir poses de firmeza en torno al acceso de cerveza o la cobranza por ingresar a la unidad, y a cambio obtuvo como respuesta la agresión de quienes acompañaban al hoy difunto.
Pero su reacción, como se sabe, fue con tal exceso que utilizó una arma de fuego para calmar a disparos a uno de sus presuntos agresores. La persona murió.
NADA FALTA
Durante la anterior administración municipal, la Coordinación General de Inspectores reconoció que las canchas deportivas son un foco rojo de atención tanto los sábados como los domingos, debido a que las ?cantinas rodantes? y la venta clandestina de cerveza y alcohol están a la orden del día.
En la visita que este diario hizo por diferentes espacios deportivos entre el sábado 14 y domingo 15 de mayo, se detectaron diversos vehículos muy solicitados por la sedienta clientela de las canchas.
En ellos, como se pudo observar, expenden no sólo la cerveza en bote o envase de vidrio, sino también servida o preparada; aparte, los hielos, el limón, la sal, los vasos y hasta la botana.
Sin mucho preguntar alguien mencionó que en canchas como las Prepas, las aledañas al Francisco Zarco y otras, los dueños de los negocios clandestinos de bebidas embriagantes son dueños de equipos, árbitros o directivos de las ligas organizadoras.
Ya para entrar, algún jugador de short azul y playera blanca comentó en tono de sarcasmo sobre el letrero: ?mira, como en los restaurantes, no te dejan meter cheve porque adentro te la van a vender...?.
Aun así, muchos, casi nadie les hace caso a las prohibiciones.
