Un temblor ligero que va invadiendo el cuerpo es una señal de alarma de la falta de dopamina en el cerebro.
El mal de Parkinson es de alguna forma un misterio para la ciencia médica, aunque se ha descubierto que evitar el estrés, comer de manera adecuada, y disminuir la cantidad de grasa y azúcares, ayudan a mantener lejos el riesgo de padecer esta enfermedad crónico-degenerativa.
Se caracteriza por temblor en el cuerpo y afecta a 2% de la población adulta de México, especialmente a personas mayores de 60 años. "Es un padecimiento neuro-degenerativo, que se debe a la disminución de dopamina en el cerebro", explica el doctor Ulises Rodríguez.
Y debido a que la esperanza de vida de los mexicanos va en aumento, las personas enfrentan con mayor frecuencia la amenaza de males degenerativos como el Parkinson. Por eso, a la menor señal de que se es víctima del mal hay que acudir con el especialista.
Síntomas
El doctor Rodríguez dice que cuando falla el suministro de dopamina, una sustancia que permite realizar todo los movimientos, comienza a darse el temblor, indistintamente, cuando el paciente está relajado o caminando. Entonces, dice, "el paciente muestra dificultad para moverse, lentitud cuando se baña, come o escribe. El rostro se vuelve fijo y no parpadea".
De acuerdo a la experiencia que el neurólogo ha tenido con los familiares de quienes padecen el mal de Parkinson, el paciente casi siempre está muy serio, debido "a que la enfermedad disminuye la capacidad para moverse".
Temblor y parálisis
El mal de Parkinson afecta la marcha de las personas, es decir, su víctima da pasos muy cortos y fácilmente puede caerse. De igual manera disminuye la capacidad de respuesta a los cambios de postura y empieza a encorvarse y sus brazos se flexionan.
Ulises Rodríguez advierte que esta enfermedad no se cura y no se puede prevenir, pero "es un padecimiento que se puede controlar, actualmente hay infinidad de posibilidades, una de ellas es Kinestrel (amantadina), sobre todo cuando hay movimientos discinéticos, como de baile".
Indica que es una enfermedad que también se puede mantener a raya con cirugía. No se conocen las causas de la enfermedad, pero se sabe que algunos de los factores que influyen en su aparición son: consumo de agua de pozo, tener contacto con fertilizantes, agentes genéticos y ciertos factores traumáticos o infecciosos.
Cuando todo esto se junta, además de la predisposición de cada persona, puede
manifestarse el mal de Parkinson y, de acuerdo con el doctor Rodríguez, "lo primero que se tiene que hacer es acudir con un especialista. Existen varios lugares, como el Instituto Nacional de Neurología, ahí se hace un diagnóstico con certeza y se da el tratamiento adecuado, además de ser accesible
económicamente".
Un paciente tratado oportunamente puede estar lúcido, contento, disfrutar la vida. "Para nosotros como neurólogos es primordial que los pacientes no se sientan solos, que sepan que hay tratamientos quirúrgicos y con medicamentos, apoyo sicológico y de rehabilitación", dice el especialista.
"Hay que hacer mucho con el paciente con mal de Parkinson, nada más hay que saberlo hacer", sostiene el neurólogo.
