Una larga procesión, encabezada por jóvenes enarbolando banderas blancas y una pancarta con la frase "gracias, Santo Padre", rindieron homenaje a Juan Pablo II.
Cracovia (Polonia), (EFE).- Cerca de un millón de cracovianos despidieron hoy a Karol Wojtyla, en una impresionante marcha blanca formada mayoritariamente por jóvenes a los que se transmitió el mensaje póstumo del Papa: "si me amáis, acoged con amor y fe a mi sucesor".
Una larga procesión, encabezada por jóvenes enarbolando banderas blancas y una pancarta con la frase "gracias, Santo Padre", formó la marcha blanca con que el pueblo de Cracovia rezó y rindió su homenaje más sentido a Juan Pablo II.
Tras los muchachos y muchachas, una brigada de la división de tiradores de los soldados montañeros de la región de Podhale que tanto amó Wojtyla, marcó el camino al resto de ciudadanos hasta la explanada Blonie.
En ese mismo lugar, en 2002, Juan Pablo II ofició la más multitudinaria misa que se recuerda en Europa con dos millones y medio de personas.
Hoy, el obispo auxiliar de Cracovia, Jan Szkodon, recordó una frase dicha por el Papa a los polacos en ese viaje a su tierra natal: "cuando muera, no vayáis a llorar, rezad".
La emoción llenó Blonie, un lugar emblemático para Karol Wojtyla, no sólo por esa misa multitudinaria de la última visita a la ciudad de la que fue arzobispo. La marcha blanca de hoy reproducía la vivida en 1981 bajo la conmoción por el atentado de Ali Agca en la plaza de San Pedro y también entonces protagonizada por los jóvenes de Cracovia.
Blonie esperó la llegada de la marcha, que partió de la Basílica de la Ofrenda de Santa María las 13.00 GMT con cantos, rosarios y ofrendas. Más de cuatro horas después, un millón de voces cerraron la misa entonando "La barca", la canción más querida de Wojtyla. Un millón de candelas prendidas iluminó la noche.
La mirada al pasado, al recuerdo de un papa "que Dios regaló a Polonia", pero también al futuro, fue el núcleo de la homilía del obispo Szkoden.
En varias ocasiones se refirió a la frase de San Pedro, preguntando por tres veces a Jesucristo si lo amaba. Finalmente, llegó la respuesta, el mensaje póstumo de Wojtyla invitando a amar a su sucesor. "Os ruego que nunca os asalten las dudas ni la fatiga, que no cortéis vuestra raíces, que no desdeñéis este mensaje ", dijo Szkoden.
Cracovia y la región entera participó en esa misa de vigilia, dominada por rostros jóvenes, tanto en cuanto a los participantes como a la organización.
Monaguillos, como Janosz, un estudiante de pedagogía de 21 años, se encargaron de"abrir pasillos" entre la multitud para ofrecer al comunión a los presentes. Grupos de boy-scouts, como Piotr, de 17 años, organizaron el reparto de los presentes en seis sectores para evitar aglomeraciones.
Kaja, asimismo una pionera de 13 años, luchaba desesperada con su móvil "para comunicar a mis compañeros que estoy bloqueada en un monumental atasco". Tarea compleja, puesto que la red polaca quedó tan colapsada como el tráfico y permaneció muda durante horas.
La liturgia se hizo corta para los presentes. Tras la misa, prácticamente todos se quedaron a la lectura de textos de Karol Wojtyla, mensajes a los jóvenes, a los niños, a las familias, leídos sobre el altar de la explanada por sus propios protagonistas con la espontaneidad propia del ciudadano de a pie.
Muchos de los cracovianos acudieron a seguir la misa y posterior lectura provistos de bocadillos, termos de bebidas calientes y sillas plegables.
Los más valerosos, los jóvenes de Cracovia, se llevaron también el saco de dormir y la mochila dispuestos a mantener la vela por el fallecido papa polaco, nacido en Wadowice, a sesenta kilómetros de Cracovia. "Nosotras nos vamos ahora, pero mañana estaremos aquí de nuevo", explicaba una mujer sentada en una silla plegable junto a una vecina.
Blonie será mañana escenario de otro gran oficio religioso en el que se transmitirán por pantalla gigante los funerales del Vaticano.