Este nuevo mecanismo deberá supervisar graves violaciones como muerte, reclutamiento como soldados, ataques contra escuelas, violencia y abuso sexual a menores, entre otras.
Naciones Unidas, (EFE).- El Consejo de Seguridad de la ONU acordó hoy establecer un sistema para controlar y recopilar información, con el objetivo de frenar los abusos y violaciones contra niños en situaciones de conflictos armados.
"Hemos entrado en la era de la aplicación. Por primera vez, la ONU ha establecido un régimen estructurado, formal y detallado de este tipo", dijo en un comunicado Olara Otunnu, representante especial de la ONU para los Niños en Conflictos Armados.
"Este mecanismo recoge los elementos claves que se han ido desarrollando en los últimos años para garantizar que haya un rendimiento de cuentas y de un cumplimiento de las obligaciones sobre el terreno. Es un giro de tendrá importantes consecuencias", agregó.
Los quince miembros del Consejo, a través de una resolución que ha sido negociada durante meses y que fue adoptada por unanimidad, decidieron establecer por primera vez este mecanismo que permitirá controlar y castigar los abusos a los que son sujeto los niños en zonas de conflictos armados.
Este nuevo mecanismo deberá supervisar graves violaciones como muerte o mutilación, reclutamiento como soldados, ataques contra escuelas u hospitales, violencia y abuso sexual a menores, secuestros de niños y negativa a darles acceso a la ayuda humanitaria.
En la resolución, también se exige a las partes en conflictos, tanto fuerzas gubernamentales como rebeldes, que cometen abusos contra los niños que establezcan un plan de acción, que contemplen medidas concretas para poner fin a estas violaciones.
Para controlar la aplicación de dichas medidas, el Consejo ha decidido crear un Grupo de Trabajo especial, compuesto por los mismos quince países miembros, que se encargará de controlar y supervisar los avances registrados en esta materia.
Paralelamente, el Consejo también decidió reforzar el sistema de información, que será recopilada por distintos equipos liderados por la ONU, que deberán presentar informes regulares sobre el comportamiento de las partes en una situación de conflicto.
Actualmente, el Consejo dispone de una lista actualizada, que adjunta el secretario general en sus informes, con los nombres de grupos y facciones que han violado o abusado a menores.
Entre los 54 grupos de once países se encuentran el de los Tigres de Liberación de la Patria Tamil (LTTE) de Sri Lanka, las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), las milicias Yanyauid en Sudán, el Partido Comunista-Maoísta del Nepal o el Ejército de Resistencia del Señor (LRA) en Uganda.
Tanto los planes de actuación que decidan emprender las partes como la información recolectada por los equipos de la ONU será evaluada exhaustivamente por el Grupo de Trabajo, que estudiará la gravedad de la situación y decidirá la imposición de sanciones y otras medidas punitivas a los autores.
Entre las sanciones, se contempla la restricción de viajar a los líderes de estos grupos, la exclusión en futuros gobiernos, la exención a obtener amnistías, la imposición de un embargo de armas, la prohibición de obtener asistencia militar, así como la restricción o congelación de recursos financieros.
Según la ONU, en la última década, más de dos millones de niños han muerto en situación de conflicto armado, así como seis millones sufren de alguna amputación o incapacidad irrecuperable.
Otras cifras del organismo mundial revelan que todavía existen un cuarto de millón de niños soldados que son abusados y explotados en todo el mundo.
Del mismo modo, más de once millones de menores han sido desplazados en sus propios países, y otros 2.4 millones se han visto obligados a refugiarse en naciones vecinas.
Por otro lado, en países como Sudán, Uganda, Nepal y Burundi, los secuestros de niños están al orden del día, mientras que miles de menores, particularmente niñas, son víctimas de violaciones y otros abusos sexuales en situaciones de conflicto.
Además, las minas de tierra también son la causa de muerte o lesión de entre ocho mil y diez mil niños cada año, según datos de la ONU.