Durango

Crece número de niños que trabajan en la calle

El 75 por ciento de los menores vive en colonias de la periferia de la ciudad

El crecimiento de la ciudad capital ha sido un factor para que el número de niños que laboran en la calle se incremente de manera considerable, ya que hace cuatro años el DIF Municipal tenía detectados cerca de 70 niños en esta clase de actividades y la actual administración, después de una investigación, contabilizó 270.

Se trata de menores de edad que en su mayoría provienen de familias disfuncionales, en donde se sufre la ausencia del padre y, además, muchos de ellos también soportan la violencia. Asimismo, tienen como factor común la pobreza en la que viven al lado de sus hermanos, ya sea en casas de cartón, madera o que apenas están en proceso de construcción.

Las principales colonias expulsoras de menores de edad son las que se encuentran en la periferia de la mancha urbana, a las faldas del Cerro de Mercado, en colonias como la Ampliación PRI, Luz y Esperanza y asimismo la Héctor Mayagoitia o La Virgen.

Jesús Chacón Valenzuela, encargado del programa de niños trabajadores del DIF Municipal, expresa que estiman que un 75 por ciento de los niños que desempeñan diversas actividades en los cruceros viales proviene de los asentamientos humanos antes citados.

?Son infantes que son abandonados por su padre, la madre se tiene que enfrentar a cuidarlos sola. De allí que el menor salga a trabajar. Pero también tienen una familia compuesta, que agregan a un padrastro, el cual genera violencia, no ve igual a sus hijos con los que no son suyos?, enuncia.

El funcionario municipal manifiesta que a partir de noviembre se iniciaron las acciones correspondientes para lograr que 115 infantes dejaran de laborar en la vía pública a cambio de una beca de estudios y demás incentivos, entre los que destacan servicio médico, tres cambios de ropa e igual número de pares de zapatos de forma anual. La meta fue alcanzada y ahora se da seguimiento con los progenitores, quienes asisten cada 15 días a la escuela para padres.

Asevera que el número de pequeños que fueron captados por la dependencia de asistencia social corresponden a aquéllos que estaban de manera permanente, ya que hay otro sector que sólo sale a ganarse el pan diario en determinadas temporadas, es decir, en los periodos vacacionales que no van a la escuela y hay un mayor número de visitantes que les pueden dar una moneda.

Resalta el hecho de que cuando se dio a conocer el programa de ayuda para este sector infantil, surgieron varios que pretendieron aprovecharse de la situación y solicitaron el apoyo sin necesitarlo.

Reconoce que algunos de los infantes que fueron retirados de la calle tienen problemas de adicción, adolescentes de 15 años en su mayoría; por lo tanto, se les brindará la rehabilitación que ameritan para solucionar su enfermedad.

?Hay un programa nuevo que acaba de abrir el DIF de prevención de adicciones, tenemos detectados los casos de adolescentes que sufren adicciones. Ahora, consumir la droga, el ?cristal? es muy fácil, diez o quince pesos y ya la tienes. Antes no teníamos detectado esto pero ahora sí?, expresa.

Tienen 15 promotores que se encargan de supervisar que los niños no retornen a su antiguo estilo de vida, pero por lo regular cada semana detectan a dos ó tres que no cumplen con el convenio de no pedir dinero o desempeñarse como limpiacoches, ?payasito?, malabarista, entre otros.

SUFRIMIENTO

Luis cuenta que cuando era muy ?chiquito? su papá se murió y las cosas cambiaron en su familia. Tiene dos hermanos y cinco hermanas, así que su mamá se volvió su único sostén económico. El dinero obtenido como trabajadora doméstica no alcanzaba para alimentar todas las bocas, así que él salió a la calle para contribuir con el gasto del hogar.

En las calles, mientras los automovilistas esperaban el cambio de color en el semáforo, Luis con su cara pintada los entretenía con diversos malabares y luego, extendiendo la mano, pasaba al lado de las ventanillas de los carros con la mano extendida en espera de una recompensa a su esfuerzo.

Dice que se enferma muy frecuente de la gripe; por lo general, ganaba 60 pesos diarios, capital que le daba a su madre para la comida y sus estudios. Pero él quiere un futuro mejor; por eso, se acercó al DIF Municipal, con la esperanza de cambiar su destino, pues hasta la fecha no ha sido del todo fácil seguir adelante.

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