SAN PEDRO, COAH.- Cada vez es mayor el número de reportes por maltrato familiar que se reciben en el servicio 060, fenómeno que se incrementa notablemente los fines de semana, cuando se presenta una elevada ingesta de alcohol, dijo Higinio Saavedra Medina, titular de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM).,
Por lo general, añadió el funcionario policiaco, esta situación se presenta cuando el hombre de la casa anda en estado de ebriedad y por cualquier motivo agrede a golpes a su pareja y a veces hasta los hijos.
Desgraciadamente, dijo, cuando la parte afectada se decide a solicitar la presencia policiaca, otorgan el perdón una vez que a sus cónyuges se les pasa la borrachera, por lo que la mayor parte de estos problemas no llegan a manos del Ministerio Público.
Esta problemática, que si bien tiende a distraer tanto a elementos como unidades de la Preventiva, ?estamos obligados a acudir, para tratar de calmar los ánimos entre las partes antagonistas, pero sobre todo para evitar cualquier incidente de mayores consecuencias?, señala Saavedra Medina.
En los casos que uno o ambos cónyuges persistan con su agresividad, los agentes tienen indicaciones primero de intentar calmar los ánimos, pero de no ser así, tienen que ser remitidos a la cárcel municipal donde la parte afectada o bien ambos, pueden interponer su denuncia, expresó el director de Seguridad Pública.
Por desgracia, dijo, un gran número de estos incidentes nunca llega a conocimiento del Ministerio Público, pues la parte ofendida lo único que quiere es que detengan y encierren por un rato a la parte agresora, de manera que se calme y luego de unas cuantas horas, quienes anteriormente solicitaron el apoyo policiaco van a pagar la multa y así liberar al detenido.
En otros casos, los menos, sí se llega a interponer una denuncia en el Ministerio Público, pero al final siempre termina en lo mismo, el perdón del ofendido y la liberación del agresor, afirmó.
Saavedra Medina aseveró que lo más conducente en este tipo de situaciones es que la parte afectada interponga su denuncia de manera que siga un proceso, ya que este tipo de delitos tipificados como ?especiales? en el Código Penal, establecen claramente las sanciones que se pueden aplicar, sobre todo si se trata de reincidentes.
El director de la DSPM consideró que falta la cultura de la denuncia por parte de la ciudadanía, pues mientras se tenga la idea de que los guardianes del orden deben intervenir para calmar problemas de tipo familiar y al cabo de un tiempo otorgar el perdón al inculpado, se seguirá distrayendo la atención de los uniformados para atender otros ilícitos que afectan a la gran mayoría de la comunidad.
Señaló que debido a las costumbres y la idiosincrasia del pueblo mexicano, principalmente el consumo del alcohol, el problema de maltrato familiar se agudiza cada vez más, lo que aunado a la desintegración de la familia, se están presentando casos además y con frecuencia de hijos que golpean a sus padres, sobre todo cuando el muchacho es víctima de la farmacodependencia.
En estos casos, es cuando los padres ya no tienen control sobre sus hijos y éstos ya les han perdido el respecto a sus progenitores, tanto al padre como a la madre y por desgracia esto va en aumento, terminó diciendo Higinio Saavedra Medina.
Círculo vicioso
La falta de educación así como de recursos económicos, son muchas de las veces los argumentos que esgrimen las mujeres que son golpeadas frecuentemente por sus parejas, dijo José Luis Cuéllar Robledo, titular de la Delegación Laguna II de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
Es por ello, agregó, que no se tiene un gran número de denuncias en contra de maridos golpeadores, de ahí que existe una incidencia (no oficial), muy alta que sólo llega a manos del Ministerio Público cuando las lesiones son graves.
Por lo general, dijo, estos casos quedan en Seguridad Pública, donde luego de que se les haya pasado la borrachera, la mujer acude a pagar la multa para que su marido regrese a la casa, por lo que la Ley no puede hacer nada en contra de estos agresivos sujetos.
Por desgracia, señaló, en muchos de los casos los hijos son testigos presenciales del violento ataque y con el paso de los años, pueden convertirse en maridos golpeadores, de no recibir ayuda especializada, convirtiéndose esto en un círculo vicioso.
