REUTERS
GLENEAGLES, ESCOCIA.- Los manifestantes contrarios al Grupo de los Ocho (G-8) se enfrentaron ayer con la Policía e interrumpieron el tráfico cerca de la zona fuertemente custodiada del hotel escocés donde inició la reunión de los líderes de los países más ricos del mundo.
Manifestantes encapuchados rompieron ventanas de automóviles, arrojaron ladrillos y se enfrentaron con la Policía antidisturbios en el pueblo cercano de Stirling, cuando se dirigían al hotel de Gleneagles, protegido por diez mil policías y rodeado por un cerco de acero de ocho kilómetros.
Los manifestantes levantaron barricadas improvisadas y pusieron obstáculos en las carreteras que rodean a Gleneagles, bloqueando partes de la principal autopista entre el norte y el sur en el centro de Escocia.
La Policía realizó 60 arrestos cuando algunos grupos anticapitalistas, anarquistas y ambientalistas intentaron captar el foco de atención, que hasta ahora estuvo ocupado por miles de manifestantes que presionan para que se termine con la pobreza en África.
“Estamos aquí para detener al G-8. Sacar provecho de la gente es destruir nuestro planeta”, dijo Sophie Reynolds, de 39 años, una ecologista procedente de Londres. Los manifestantes pertenecían a una serie de grupos anticapitalistas, antiglobalización y anarquistas.
El primer ministro británico, Tony Blair, anfitrión de la cumbre de tres días, probablemente logre progresos en sus objetivos de duplicar la ayuda a África a 50 mil millones de dólares al año, abrir los mercados mundiales a los productos de ese continente y cancelar su deuda.
Pero Blair también enfrenta la dura oposición de Estados Unidos en otra de sus principales metas: lograr un acuerdo para combatir las dañinas emisiones de gas que, según la mayoría de los científicos, están recalentando el planeta.
El presidente estadounidense, George W. Bush, dijo que propondrá un esfuerzo global para invertir en alternativas al petróleo y al gas, como respuesta al desafío del cambio climático que afecta al planeta.
