La vida fabulosa en Atlantic City
Tengo amigos que viajan incansablemente y que me cuentan lo que vieron en los lugares a donde fueron. He aquí lo que me dice uno de ellos de su estancia en Atlantic City, Nueva Jersey:
?A las 6:00 de la mañana empiezan a llenarse los inmensos salones de los casinos, sin importar el frío, la lluvia, las amenazas de que las carreteras van a quedar bloqueadas por exceso de nieve.
Esta ciudad le está haciendo fuerte competencia a Las Vegas, pues no sólo ofrece fastuosos espectáculos, excelentes hoteles y casinos lujosos, sino que tiene el atractivo de los deportes de Invierno, nieve para esquiar y espectáculos de patinaje que no hay en otros sitios. Además, está a sólo 20 minutos de Nueva York por avión y a dos horas y media por carretera.
Hay más empleados trabajando en los casinos y hoteles de Atlantic City que en muchos pequeños pueblos cercanos. Sólo en esos dos lugares hay una lista de 26 mil empleados, lo que reduce a cero el índice de desempleo en esta ciudad que vive 24 horas al día.
Las escuelas para aprender a ser croupier, mesero, hotelero y cocinero tienen alumnos de sobra. Hay trabajo para todos. En cada cuadra hay dos y tres agencias de viajes. Taxistas y vendedores viven en constante movimiento.
En esta ciudad no hace dinero el que no quiere, dicen. Los visitantes llegan de todas partes del mundo, cargados de dinero para gastarlo en lo que sea. Naturalmente, buscan emociones de toda clase y hay que ofrecérselas. Se anuncia casi un centenar de salones de masajes, de damas que ofrecen servir de guías, secretarias, cocineras o amantes por una retribución diaria; hay especialistas en organizar fiestas (desde un inolvidable ágape para una quinceañera hasta una orgía para unos convencionistas desatados).
Curiosamente, los talladores de los casinos deben pagar impuestos al gobierno sobre las propinas que reciben... Hay aquí muchachas bonitas como no las podría imaginar el más exigente hombre del mundo.
El frío no es obstáculo para divertirse. Hay centros comerciales inmensos donde la calefacción da idea de encontrarse en el trópico, y como hay comercios de toda clase no hay necesidad de poner un pie afuera? Allí mismo se puede comer, ocupar un cuarto de hotel, entrar a un cine o a un teatro, anclarse en un bar, cortarse el pelo o simplemente ver el desfile de gente que camina en todas direcciones provenientes de todas partes.
Todos coinciden en que aquí quebraría una fábrica de portabustos porque tres de cada cinco muchachas no lo usa... Comenta la administradora de un restaurante: ?En un principio nuestro problema era contratar meseras guapas; ahora no las queremos tan guapas porque se casan o se van con los clientes adinerados?.
Rara vez, quizá unos minutos, deja de oírse el tintineo de las máquinas tragamonedas, predilectas de las damas sexagenarias... Un jefe de talladores gana 50 mil dólares anuales en Atlantic City contra 30 mil que ganan en Las Vegas... Todos los casinos autorizados ofrecen seis juegos: baccarat, blackjack (?21?), dados, ruleta, rueda giratoria y máquinas tragamonedas. De esas seis, se asegura que el ?21? es el que ofrece mayores posibilidades al jugador de que gane algo en el casino?.