NASSAU, UNA ISLA DE PLACER
Naussau es una especie de Acapulco y de Cancún, pero de playas limpias y sin baches en sus calles.
Todas las muchachas son allí rubias como el sol, o morenas como la noche... Perdura el recuerdo de que esta isla, en Las Bahamas, perteneció a Gran Bretaña, que también en el recuerdo fue un imperio... Sus hoteles, limpios y de precios razonables.
Una banda de Calypso recibe a los visitantes en el aeropuerto, y les adelanta con su música la alegría que disfrutarán durante toda su estancia? Cuesta trabajo explicar el perfecto inglés con acento británico que hablan los menudos aduaneros y agentes de migración, todos negros y requemados... Casi me estrello cuando manejé por primera vez con el volante a la derecha.
La carretera principal de esta paradisíaca isla, donde todo es escénico, se llama John F. Kennedy Drive... Todos los conductores de taxi toman las curvas a terrorífica velocidad... Por todas partes, casas de aspecto porfiriano me hacen recordar las del Paseo de la Reforma de hace 50 años en la Ciudad de México. La diferencia aquí es que todas tienen embarcadero y playa propia.
Hay mil diminutas playitas donde lindas jóvenes semidesnudas se doran al sol, y en las que apuestos y afortunados muchachos jamás se cansan de frotarles la espalda y otras partes del cuerpo con aceites y bronceadores... Todo invita a la diversión, a la dulce vida, a los pensamientos encabritados.
Los policías de tránsito, en bermudas y cascos ingleses, dirigen la circulación de vehículos con sonoros y fuertes silbatazos... Curiosamente, la avenida principal pasa por el cementerio, a cuya entrada hay un enorme cartel que advierte a los automovilistas que se dirigen en forma desordenada a las playas. ?Maneje con cuidado, nosotros podemos esperar?.
Son miles los coches convertibles y las bicicletas tripuladas por chicas hermosas que van y vienen a las playas, todas en pantaloncitos cortos, traje de baño, o faldas transparentes. Todas sonríen y exudan salud y juventud... Los hombres lucen tanto como las mujeres, y en las tiendas de ropa modernista abundan las camisas Mao, los cuellos Nehru, los vestidos de cóctel de grandes aberturas a los lados.
Lo mejor para refrescarse al mediodía: ron y jugo de frutas dentro de una piña, a la que se le ha extraído la pulpa... Los norteamericanos insisten en sus desabridos cócteles; ellas sí prueban las bebidas típicas. Por todas partes, hombres de todas las edades a la caza y a la pesca de muchachas condescendientes.
Más que nadar en las aguas azules y verdes del mar, a todos parece interesarles más exhibirse en las playas para ver y ser vistos... Fuerte, el ron que se produce aquí, pero es tan bueno que acaba con toda abstinencia... Florece la venta de perfumes de imitación, de relojes caros pero no auténticos, de alhajas de fantasía... Deporte muy practicado: localizar playitas escondidas donde jóvenes de ambos sexos practican el nudismo integral, y lograr ser aceptado en el grupo.
En las noches de luna, con las estrellas tachonando el cielo, se encienden hogueras en la playa y se asan mariscos y carne, se bebe bien y la alegría puede durar hasta el amanecer? No es raro ver que de pronto una linda turista se levanta de la arena donde estuvo sentada y baila una danza desconocida, pero que siempre tiene algún simbolismo.
