El Siglo de Torreón
Torreón, Coah.- Cuando uno se esmera en hacer una fiesta busca que todo quede bien, que los invitados se sientan contentos y sobre todo que al final de ésta todos queden con un buen sabor de boca. Ayer en el Estadio Corona todo estaba dispuesto para que así fuera.
Desde muy temprano se notaba que habría muchas sorpresas. En las alturas se asomaba la imagen de un personaje fuera de este mundo, mientras en las tribunas se acomodaba el respetable con muchas interrogantes con el nuevo Santos Laguna.
Y así, sin decir ?comenzamos?, dio inicio la inauguración. De las alturas bajaba ese personaje misterioso, que terminó siendo el mismo ?Dios del Futbol?, el guerrerito apareció con un nuevo look, con trenzas y nuevo taparrabos y las guerreritas entusiasmadas bailaban en torno a una estrella que este ?Dios? trajo para la Comarca Laguna.
Todo iba bien, pero unos Pumas impertinentes saltaron a la cancha para hacer su calentamiento, en medio de pompones y la música norteña que trató de prender a la tribuna. Fue como un primer aviso de que algo iba a salir mal.
La afición albiverde recibió a Pumas como se merece, con un ?goya? un poco modificado en su final, que en realidad termina siendo una remembranza a las progenitoras de los auriazules. El calor en la cancha hizo que hasta el más aventurado sacara su último recuerdo de Mazatlán para cubrirse del sol, mientras que en la tribuna aparecía Héctor ?El Ruso? Adomaitis, que aún levanta a la afición por los recuerdos que dejó en este estadio.
Por fin el silbatazo inicial y con ello una cadena de infortunios en la fiesta. ?El Pony? tocó poco el balón en la primera mitad, Vuoso como siempre se echó el equipo a cuestas pero tuvo poca claridad en la puerta, mientras que en media cancha había orden pero poca profundidad.
Esto fue en aumento hasta que los nervios del jugador novato Rafael Grimaldo pierde un balón ante tres felinos, que al final Marioni incrusta en las redes protegidas por Mauricio Caranta.
Poco para celebrar en la primera mitad, en la cual se palpó que los equipos aún no salían de su paquete. Una pequeña célula de seguidores de los Pumas explota con el ?goya?, aunque éste es ahogado con el silbido de miles de santistas.
Cambios albiverdes en la segunda mitad presagiaban una mejor suerte. Así como cuando se va repartir el pastel, ?El Pony? puso el empate con un golazo que ilusionaba a que nos iba a tocar a todos por lo menos una rebanada de felicidad por el primer triunfo de Santos Laguna.
Pero siempre hay una persona que se cae sobre el pastel o bien hace desfiguros por estar en un estado deplorable, esa fue la actitud del silbante Hugo León Guajardo, a quien le pesó la playera azul y oro. Para muestra dos jugadas casi semejantes pero que tuvo consecuencias diferentes: una entrada fuerte de Vuoso sobre Verón y otra más de Leandro Augusto sobre Junior.
La primera acabó con la expulsión del ?Toro? y la segunda con sólo una amarilla que supo a poco a la afición que se enardecía impotente por la aplicación de la justicia cargada para un lado. Posiblemente era mucha pieza para el nazareno tener a su tocayo Sánchez en la banca.
De hecho ?Hugol? no se metió con el árbitro sino con sus jugadores, como lo hizo con Antonio de Nigris, quien se molestó por salir de la cancha, lo que Sánchez reclamó fuerte dejando claro que él manda en este equipo.
Un infortunio más fue la salida de Caranta, aumentando la mala suerte de este día. Y luego el segundo gol que aguó la fiesta y con ello una respuesta casi inmediata de los aficionados, una lluvia de cojines que marcaron la frustración.
Al final, un árbitro descalabrado, cojines en el terreno de juego, unos felinos que se lamían los bigotes, y unos guerreros que se quedaron sin pastel, sin gelatina y con la piñata sin romper.
