Gómez Palacio

Crónica | Gana fama por sus semillas

CECILIA AGUILAR ACUÑA

Julio Cuevas Castañeda dice que se ha dedicadocasi toda su vida al comercio

EL SIGLO DE TORREÓN

GÓMEZ PALACIO, DGO.- El espíritu indómito de Julio Cuevas Castañeda, mejor conocido como ?El Pepas? o ?El Campeón?, se pone en evidencia desde la primera conversación. Es un vendedor de semillas y por su oficio, es conocido en toda la ciudad.

Desde hace más de 20 años prepara ricas semillas. De hecho, algunas personas que compran su producto coinciden en decir que el sabor de estas pepitas es único, por su tueste y sabor.

Es una labor que le exige preparar con previa anticipación la semilla, a la que primero lava y luego le pone sal. El secado lleva un tiempo, pero en el proceso del tostado está la clave y el secreto que tanto agrada al paladar.

El aspecto de ?El Pepas? confunde a simple vista. Quizá no son sus pantalones, camisa arrugada o su gorra desgastada, lo que hace pensar que se trata de un ?malandrín?, sino su vocabulario de barrio y la modulación de su voz , son los que engañan.

Él es simplemente un vendedor de semillas. Las mejores de Gómez Palacio, según las personas que se detenían a comprarle una bolsita que vale cinco pesos.

Desde las nueve de la mañana sale con su vasija de semillas ?aproximadamente son 15 kilos los que vende a diario? hacia las diferentes plazas donde le compran su producto. Su casa se encuentra ubicada en la Abraham Rosales, una colonia del norte de esta ciudad.

Con tantos años en este oficio, mucha gente ya lo identifica y lo mismo es común verlo entrar a oficinas del Gobierno Municipal y bancarias que a los centros comerciales. Él incluso ya tiene sus clientes y sabe de antemano, dónde ya están esperando su producto.

A través de un recipiente pequeño mide la cantidad exacta que irá en cada una de las bolsitas que llena al momento que despacha la mercancía. Lo que alcance a llenarse en una primera maniobra, es la medida exacta que le cuesta cinco pesos a la gente.

?El Pepas?, dice que diariamente gana tres salarios mínimos o para ser más exacto, cierra el día con 250 pesos. ?Muy buenos?, pero que los adquiere después de salir y entrar en diferentes lugares. Para las seis de la tarde, rendido y con los pies adoloridos, llega a su casa.

Las palabras salen a tirabuzón por la prisa que tiene de continuar su camino, pero cuando se le requieren cinco bolsitas de semilla, contesta entre una risilla burlona, ?...ya me convenció?.

Así, este hombre de 48 años, divorciado desde hace tiempo, comenta que hace como 32 años era ayudante de albañil, ?pero me cansé y me dediqué mejor a lo de las semillas?. Además la carga de cuatro hijos lo hizo buscar un mejor porvenir que encontró en la venta de pepitas.

Actualmente convive con su ex esposa por sus nietos, pero manifiesta que no le quedaron ganas de casarse. ?Ni ganas, pues todos dicen que la mujer es el sexo débil, pero hacen con uno lo que les da la gana?.

Entre risas por su comentario, expone que desde pequeño le gustó el comercio. ?Fui bolero, chiclero, dulcero, gordero, botanero... todo eso?. Su infancia la pasó en el barrio conocido como ?El Ranchito? antes de llegar a la colonia El Refugio.

Su padre era velador pero ya murió, sólo le queda ?su jefecita?. Explica que su papá ?a todo le hacía, era también un mil usos?. Con su voz ronca expone que tiene cuatro hermanos y otros medios hermanos, pues su madre ahora con más de 80 años, era de ?corazón alegre y de buena voluntad?.

Sobre el secreto del sabor de sus semillas, declara que es estarlas probando cuando las está tostando. ?Le da uno el punto, además ya tengo 20 años en este oficio que me ha permitido mantenerme y ayudar a los hijos...?.

Sus semillas las envía hasta Estados Unidos, cuando llegan los amigos del país del norte, luego de una ausencia prolongada. ?Es que los paisanos las mandan pedir... pues allá dicen que todo sabe diferente?.

Incluso, hasta las autoridades municipales de varias administraciones han degustado sus ricas semillas, ?recuerdo que Leticia Herrera y hasta don Carlos su padre, cuando andaban en campaña llegaron a la colonia y ahí las probaron?.

Sin embargo, concluye que para él, todas la gente es importante. ?Para mí quien compra mis pepitas son primero, trátese de quien se trate, pues a través de ellos yo sobrevivo?.

Oficio remunerado

?Fui bolero, chiclero,dulcero, gordero, botanero... todo eso... Le da uno el punto, además ya tengo 20 años en este oficio que me ha permitido mantenerme y ayudar a los hijos...?.

Julio Cuevas Castañeda, vendedor de semillas

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