El Siglo de Torreón
MATAMOROS, COAH.- Bajo la sombra de un pequeño árbol, se encuentra Marciano García Aguilar, sentado en su vieja silla de ruedas con una desgastada cobija cubriéndole lo poco que ha quedado de sus piernas que le fueron amputadas.
Su esposa, Albina Vega, quien desde hace más de 50 años ha sido su compañera, se encuentra a su lado, protegiéndolo de todo aquél que pretenda hacerle daño a su amado.
Marciano, quien con un viejo sombrero se protege de los rayos del sol, comenta que hace varios años la diabetes le cambió su vida en un segundo.
?Mis piernas se iban deteriorando poco a poco a causa de la enfermedad, pero ningún doctor me decía nada, todos aseguraban que todo marchaba con normalidad?, comentó aquel hombre, quien al recordar cerraba su puño izquierdo mostrando el coraje de aquellos días.
Con la mirada triste pero siempre con su frente en alto, el hombre mencionó que un día cuando sólo iba por unas inyecciones, le comentó al médico que en ese entonces se encargaba de su salud, que ya no aguantaba más el olor que despedían sus piernas.
Cuando aquel médico las revisó ya era demasiado tarde, pues una infección había invadido sus dos extremidades, por lo que fue necesario amputarlas.
Aquel hombre, quien era el sostén de un hogar, había quedado postrado en una silla de ruedas, ?desde entonces nos venimos a la plaza para ver quién nos da la mano, pues sólo sobrevivimos de la caridad de los demás?, mencionó Albina, mientras le daba un buen trago a su refresco de cola seguido por una gran mordida a su pan de azúcar, su desayuno de todos los días.
La pareja de viejitos, quien aseguró aún estar enamorados como el primer día, comentaron que tienen un hijo, el cual sólo una vez por mes, y eso no siempre, les ayuda con 20 pesos para sus gastos.
Aquella mujer con una sonrisa en sus labios dijo, ?es que pobrecillo, tiene mucha familia qué mantener y por eso rara vez lo vemos?. Por su parte Marciano sólo dibujó en su rostro una pequeña sonrisa.
De pronto el semblante de aquel hombre de avanzada edad, cambió al recordar que dos ocasiones, dos sujetos le arrebataron el poco dinero que había logrado juntar para comprar un poco de frijoles y tortillas para comer.
?Estaba, como siempre en esta esquina de la plaza, cuando unos sujetos todos drogados, me quitaron todo mi dinero y yo sin poderme mover, no pude hacer nada para defenderme?, su voz se entrecortó pero su mujer salió al rescate.
?Por eso ya no lo dejo solo, no quiero que le pase nada, es por ello que todos los días me podrán ver a su lado para defenderlo?, aseguró su mujer.
Luego de platicar por algunos minutos, los viejecitos decidieron partir a su hogar para descansar un poco y prepararse para el día siguiente.
Sus problemas
Éstas son algunas dificultades por las que la pareja de viejitos han enfrentado.
- La enfermedad de Marciano por la cual le amputaron las dos piernas.
- La pobreza por la que desde hace tiempo han vivido.
- El desinterés de su hijo.
- El abuso de algunas personas.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón
