EL SIGLO DE TORREÓN
SAN PEDRO, COAH.- Su juventud no le ha permitido obtener al menos, el dinero suficiente para mantener a sus padres. Héctor Martínez Martínez llegó de Hidalgo pensando que encontraría la solvencia que en su tierra natal nunca ha tenido, pero hoy, sus ánimos parecen decaer ante las pocas oportunidades de desarrollo que dice, hay en San Pedro.
Hoy, Héctor vende tepache por las calles de la ciudad. Su desconocimiento por las reglas del municipio son tales que transita por la plaza principal, alrededor del kiosco, cuando de pronto llega una persona y le prohíbe seguir haciéndolo.
En Hidalgo, Héctor trabajaba vendiendo paletas. En algún momento de su vida también lavó carros, sin la cooperación de ningún amigo. Pero esa actividad tampoco le fue fructífera y decidió retirarse.
De pronto, un día en su tierra natal, gente que trabajaba aquí fue a Hidalgo a comentar lo bien que les estaba yendo en San Pedro, vendiendo tepache, por lo que su capacidad de asombro fue tanta que sin dudarlo tomó sus maletas y se dirigió a Coahuila.
Su pequeño cuarto apenas le sirve para dormir. No paga renta y gana alrededor de 100 pesos por día. Sin embargo, para recibir esa cantidad, Héctor debe vender al menos 200 pesos de su producto, de lo contrario, no los obtendrá.
?Yo pensé que esto iba a estar mejor pero ya veo que no es así. Tengo dos semanas y no veo la forma de mejorar los ingresos. La gente aquí es muy pasiva, tranquila, allá todo es muy rápido y la vida es muy difícil para andar así?.
Sus esperanzas se quedaron en Hidalgo. Hoy, Héctor piensa seriamente en regresar a la tierra donde nació, con sus padres y hermanos. El destino le ha sugerido volver y cree que su vida no está en otro lugar más que con su familia.
Sus vueltas a la plaza principal denotan tristeza. Sus expresiones parecen de cansancio y prefiere permanecer en una sombra, tocando las campanas de su triciclo a la espera de un sediento cliente, pero la mayor parte del día no se tienen buenas expectativas.
