CRÓNICA URBANA
EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- Pedro tiene 44 años y es panadero. Para él, lo más bello de este oficio es que todos los días, el producto de su esfuerzo llega a las mesas de las familias laguneras.
Desde que tenía cinco años, Pedro Ávila comenzó a ayudar a su padre en la panadería decorando y con lo que podía. La tradición de la rosca en el Día de Reyes tiene un significado especial para este panadero, porque se traduce en alegría y unión familiar.
?Antes se decía que era tradición que la persona que sacara el monito en la rosca era el padrino del Niño Dios y lo llevaba al templo más cercano, pero ya se ha desvirtuado mucho y ahora se trata de pagar la fiesta en febrero?, manifiesta, ?pero la cuestión religiosa es ésa?.
Durante la fecha, aparecen niños de la mano de sus madres que piden roscas en la panadería de Pedro, quien comenta que la tradición se ha fomentado más en los últimos años, lo que ha originado que cada vez sean más las personas que solicitan la ansiada rosca.
?Aquí en el norte tenemos mucho la influencia de Estados Unidos y muchas veces parece como que ya no hay tanto apego a las costumbres mexicanas, pero es un esfuerzo de las escuelas y los medios de comunicación, para que las familias hayan ido rescatando esta tradición?, platica el panadero.
La charla es constantemente interrumpida por los cocineros, decoradores, secretarias y demás personal que labora en la panadería, Pedro da algunas instrucciones, responde brevemente al teléfono, indica la manera en que se debe desarrollar el amasado de la rosca y luego regresa. El lugar está repleto de roscas, la mayoría aún sin decorar.
En una esquina de la cocina, unos nueve jóvenes, que en realidad no son panaderos, se divierten decorando los óvalos de pan. Son estudiantes, muchos de secundaria, que sólo acuden en esta temporada al negocio para colaborar con los trozos de fruta que se colocan sobre la rosca. Es ya una tradición de esta panadería.
Pedro confiesa que su pan favorito siempre han sido las empanadas de piña, pero con trozos de fruta, como las que él mismo hace. El señor habla con mucho respeto sobre su trabajo, pues considera que es un oficio muy noble y básico.
?Ojalá hubiera más personas que se interesaran por este noble oficio del pan?, agrega, ?aquí las puertas están abiertas para todos aquéllos que quieran aprender sobre esto?.
