EL SIGLO DE TORREÓN
FRANCISCO I. MADERO, COAH.- Por los angostos pasillos del mercado y en los alrededores de la plaza Niños Héroes se les puede ver tocando alegremente cualquier canción que los solicitantes deseen escuchar desde las diez de la mañana hasta pasadas las dos de la tarde.
Sus instrumentos: un bajo sexto y un acordeón, son suficientes para entonar las melodías que les piden comúnmente los clientes de los tabaretes para acompañar el menudo, el pozole o las gorditas que son muy solicitadas los fines de semana.
José Miguel Pérez Estrada y Juan Francisco Ibarra Govea, son los artistas populares cuyas canciones se encuentran al alcance del bolsillo de la mayoría de los habitantes de esta ciudad. Originaros del ejido Florida, comenzaron a llevar su música a todas partes desde los 30 años de edad.
Los intérpretes de la música norteña, ranchera y hasta boleros, dicen hacerlo más por gusto que como una fuente de ingresos, pues ambos tienen a su vez otras fuentes de trabajo, por lo que dedican a la música su tiempo libre. Vestidos con sombrero, botas chamarra o chaleco, están al pendiente de quien desee escuchar su canción preferida por sólo 20 pesos.
?Lo hacemos por olvidarnos del trabajo y lo hacemos con mucho gusto, también tocamos el tololoche y la guitarra, somos cuatro los que nos juntamos pero a veces sólo andamos dos como hoy?, dice José Miguel, quien junto a Juan Francisco se hacen llamar Los Compadres del Norte cuando andan solos.
No es raro verlos también en el interior de las cantinas y bares deleitando a los presentes que al calor de las copas suelen pedir insistentemente canciones de amor y desamor sea cual sea el caso. ?La mayoría de los borrachitos para los que tocamos son nuestros conocidos porque cada vez tratamos a más gente pues nos invitan a muchas fiestas?, dice José Miguel.
Ambos dicen estar contentos llevando su música a todas partes, pues la familia los apoya e incluso afirman que la alegría que les produce realizar estas actividades les hace falta y hasta les da más apetito. Ambos son hombres maduros que son ya muy conocidos por la comunidad maderense.
?¡Que no muera nunca la música norteña! porque aunque nos acabemos nosotros siempre hay alguien nuevo que surge y continúa la tradición?, dice Juan Francisco.
