EL SIGLO DE TORREÓN
SAN PEDRO, COAH.- Ellos son Edgar, Pedro y José. Los tres tienen similitudes y diferencias. Uno de ellos padece parálisis cerebral, el otro es invidente y el tercero tuvo problemas de desarrollo en su infancia por culpa de las paperas.
Ellos son agentes de Tránsito y Vialidad en San Pedro. Su principal función es la de impedir que los conductores se estacionen sobre las rampas para personas con discapacidad, así como en los cajones que están reservados para gente como ellos.
Edgar Méndez González apenas tiene 17 años de edad. Éste es su primer trabajo. Anteriormente estudiaba la secundaria. Al terminarla, decidió dejarla ante la imposibilidad de su padre, que trabaja en Matamoros, por ofrecerle un nivel más alto.
Pedro Flores Ramírez tiene parálisis cerebral. Desde agosto de 2004, pertenece a las filas del Escuadrón de Vialidad de San Pedro. El alcalde, Emilio Bichara Marcos, le dio la oportunidad de trabajar dentro de la Dirección de Seguridad Pública Municipal (DSPM).
José Alberto Ezquivel Castañeda tiene 42 años de edad y cuando requiere moverse de un lugar, toma de la silla a Pedro para poder hacerlo. Entre ellos se mitigan las necesidades que cada uno tiene, se unifican y forman un equipo.
Los tres se trasladan de un lado a otro por toda la plaza principal, para cuidar los estacionamientos. Los tres traen consigo el uniforme completo de un agente de Tránsito y Vialidad y muchos no confían en que formen parte de la corporación.
“Al principio nadie nos creía que trabajáramos para esto, pensaban que nos habíamos comprado los uniformes nada más para vernos bien, pero poco a poco han entendido nuestra labor y ya hay una cultura sobre el respeto a las rampas y cajones para discapacitados”.
Para los tres, la obtención del empleo es una oportunidad que tienen para demostrarle a la gente que los individuos con capacidades diferentes también pueden realizar labores de cualquier índole, sin importar los obstáculos.
“Éste es mi primer trabajo, yo siento que con esto soy útil para la sociedad, porque nuestra labor es social. No sólo cuidamos los espacios, sino damos orientación a la gente que pregunta por alguna dirección, ganamos un sueldo y nos volvemos económicamente activos”, asegura José.