EL SIGLO DE TORREÓN
GÓMEZ PALACIO, DGO.- Las ventas es una actividad que a Pedro Meza gusta y satisface. Él viene de una familia de comerciantes, pues su padre a él y a sus hermanos, les heredó el gusto por ese oficio.
Vender no es fácil y él lo sabe. Para atraer clientela, dice que hay que presentar una mercancía diferente y novedosa. Él y su esposa, van hasta el sur de la República por muebles hechos con una especie de vara por manos indígenas.
Desde jugueteros, cabeceras, lámparas y canastos novedosos hechos por manos indígenas, son exhibidos en algunos puntos estratégicos de la ciudad. Ayer estaban en la esquina de la avenida Bravo y la Escobedo.
Pedro comenta que también se establecen en algunos tianguis de la ciudad, uno de ellos es el que se establece en la plaza de la colonia El Dorado todos los jueves. Ahí la gente, admira mercancía que personalmente escoge él y su esposa cuando acuden a los estados del sur donde la fabrican.
Son muebles novedosos por el material con el que están hechos, ya que la vara o el palo es muy resistente y además son decorativos.
El negocio familiar, dice, es una actividad de los últimos tiempos debido a la falta de empleos fijos. ?Aunque ya tengo muchos años en esto, creo que la gente se está independizando porque así lo está pidiendo la situación actual?, expone.
Relata que en una ocasión decidió emplear a los jóvenes que se rehabilitan de las drogas en un centro establecido para tal fin, pero se topó con una negativa. ?Yo pensé en esos hombres que andan por la calle vendiendo dulces y creí que aceptarían colaborar conmigo, pero el pastor que los dirige, me comentó que ellos no estaban para eso?.
Por eso Pedro comenta que el que no tiene trabajo, es porque no quiere, él lo comprobó. Piensa que los muchachos que limpian parabrisas en las esquinas, prefieren a lo fácil ganar un peso para mal comer o para conseguir droga, porque trabajo sí hay.
La vara es un material resistente y los muebles que se realizan con este material, no son muy costosos como lo es el mimbre, por eso no lo manejan. ?Es que el mimbre lo traen desde Taiwán para que los indígenas lo tejan, por tal motivo, cualquier pieza con esa rama es costosa?.
Él incluso ofrece el sistema de ventas a crédito. La gente adquiere lo que le gusta y paga una mensualidad módica. Aunque vender así es un riesgo, Pedro primeramente hace una investigación con el fin de comprobar el estudio socioeconómico de su posible clienta.
?De otra manera uno no suelta la prenda, porque luego sucede que no nos quieren pagar y luego andamos batallando mucho?, añade para luego decir que la labor que realiza, es muy sacrificada, pero de ahí logró darle estudios a sus tres hijos.