Muy preocupante resulta el endurecimiento de sectores ultraconservadores en los Estados Unidos contra los migrantes, los cuales históricamente han contribuido a generar la riqueza de ese país. Pero también es preocupante la pasividad del Gobierno mexicano frente a las iniciativas recién aprobadas en la Cámara de Representantes norteamericana y en el estado de Arizona, mismas que llevan una importante carga de xenofobia y atentan contra los derechos humanos de nuestros compatriotas en la nación vecina.
La principal iniciativa estadounidense es la conocida como HR418, que tiene que ver con mayores controles en la frontera y permitir la construcción de bardas a lo largo de la misma. Además está la Propuesta 200 en el estado de Arizona que impide a los trabajadores indocumentados tener acceso a servicios médicos o pedir apoyo a la policía en caso de estar en peligro. Estas medidas y otras como la de no otorgar licencias de manejo a los migrantes son sólo algunos ejemplos de lo que espera a los mexicanos que se vieron en la necesidad de cruzar la frontera norte, en busca de un trabajo que no pudieron conseguir en su propio país.
Lo lamentable, insisto, es que el Gobierno mexicano no haya hecho llegar hasta ahora, una enérgica protesta ante su homólogo estadounidense por estas graves señales que no abonan a la relación bilateral y a la supuesta buena vecindad. Pero debemos entender que el problema es mucho más complejo y trasciende estos dos países. Según datos recientes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), existen 175 millones de personas que laboran fuera de su país de origen, esto es, alrededor del tres por ciento de la población mundial, lo que hace urgente la revisión y actualización del marco jurídico internacional a efecto de que de manera efectiva regule los movimientos migratorios y garantice un trato digno y humano a los trabajadores migrantes. Ya no se deben permitir acciones unilaterales como las que se están presentando en los Estados Unidos.
Por otra parte, siempre es conveniente escuchar lo que opinan los escritores sobre temas sociales. En relación al asunto que nos ocupa, le tocó al presidente Fox, en su reciente visita a Marruecos, escuchar a Juan Goytisolo, ganador del premio Juan Rulfo. El escritor español, quien ha vivido y estudiado el fenómeno migratorio, expresó en diálogo con el mandatario mexicano que toda Ley de extranjería está condenada a la caducidad inmediata, porque la humanidad ha emigrado siempre y de manera enfática le dijo que sólo las sociedades ignorantes y carentes de cultura maltratan a los migrantes. “Cuando hay cultura, la gente lo comprende todo y si no la hay, pues asume actitudes racistas y agresivas, manifestó Goytisolo.
Lo anterior lo señalo, porque existe el serio peligro de que Propuestas como la 200 de Arizona se extiendan a los estados de Colorado, Georgia, Carolina del Norte y otros más donde hay un elevado número de trabajadores mexicanos sin papeles. En algunos de ellos, ya se estudia la posibilidad de llevar a votación en los próximos meses, enmiendas legislativas como la señalada debido a presiones de los grupos xenófobos.
Hoy tenemos frente a nosotros en este problema no sólo un mal Gobierno, encabezado por un hombre mediocre llamado George W. Bush, sino una sociedad con sectores retrógrados, ignorantes e incultos que han llegado al extremo de literalmente cazar indocumentados, en un país que presume de tener los más grandes avances de la ciencia y la tecnología de punta y que concentra la mayor cantidad de información en el mundo. Cuán vigente nos resulta hoy la afortunada expresión: “Pobre México, tan lejos de Dios y tan cerca de los Estados Unidos”.