EL SIGLO DE TORREÓN
TORREÓN, COAH.- El diez de mayo en México es una fecha muy importante donde las familias se reúnen para demostrar con mayor ahínco el amor a la progenitora. La abuela, la madre y la hija recién estrenada como tal, reúnen a nietos, hijos, yernos y nueras en un evento muy especial. Depende de la economía de cada grupo familiar la forma en que se llevará acabo el festejo.
Actualmente muchos restaurantes ofrecen paquetes familiares para agasajar al ser más querido y adorado de la casa. Algunos aún festejan en el interior del hogar, donde el mole y los frijolitos refritos complementan la fiesta.
María Solís dice que mañana la casa de doña Trinidad Ríos, de 78 años de edad, se llenará de mucha alegría porque ahí estarán sus 90 nietos y sus 40 bisnietos. ?Será una fiesta de ?traje?, donde cada familia llevará su platillo favorito?.
María piensa que es un festejo muy bonito y que los laguneros no deben anteponer a otras cosas. ?La madre es sólo una y hay que disfrutarla no importa la forma o las condiciones económicas, lo importante es demostrarle uno su amor porque cuando falta ella, se acaba todo?.
José Ángel Quiroz es el padre del pequeño Ángel. Dice que él compra dos regalos, uno para su mamá y otro para su esposa. Es su hijito de seis años quien se los entrega.
Él piensa que no debe haber un día especial para celebrar a las madres, pues siempre se deben respetar y amar, pero alguien inventó el diez de mayo, ?entonces tenemos que aprovecharlo para demostrarle con una convivencia familiar todo lo que las queremos?.
Para la señora Sandra Araceli Ramos de Soto, madre de tres varones, el Día de las Madres es muy especial. Dice que sus hijos la miman mucho. No sólo en un fecha como la de mañana, sino todo el tiempo.
Añade que sus retoños son muy consentidores durante todo el año. Uno de ellos ya está casado y ya le dio un nieto, al que adora. A ella la llevan a comer a un restaurante, porque no quieren que cocine. Piensa que es mejor así, porque las madres en ese día no deben trabajar en la cocina.
Recomendó a todos los laguneros amar, respetar y consentir en vida a sus progenitoras, porque cuando Dios las recoge, ya no es lo mismo. ?La vida cambia y uno siempre vive recordándolas y añorándolas...?.
Bartolo Treviño Ruiz, de 54 años de edad, es afortunado porque su mamá aún vive. Ella tiene 69 años de edad y sus cuatro hijos y ?montón de nietos?, estarán con ella. Piensa que hay que disfrutarla en vida, porque muerta ya para qué. ?La madre es lo más importante y aunque estén viejitas, siempre hacen falta pues ellas son las que establecen el vínculo familiar?.
