RADIOGRAFÍA | CARECEN RÚAS DEL EJIDO SAN MIGUEL DE PAVIMENTO.
EL SIGLO DE TORREÓN
Trastornan los aguaceros la vida de los pobladores.
MATAMOROS, COAH.- La temporada de lluvias significa un gran dolor de cabeza y de angustia para María del Rosario Botello Ramírez y su familia, quienes viven en el ejido San Miguel, porque la falta de pavimentación provoca que la localidad se convierta en un lodazal, que repercute en sus actividades diarias, en la salud de los pobladores y hasta en su economía.
Botello Ramírez, quien además de ama de casa es una mujer que trabaja en el departamento de Intendencia en el hospital Club de Leones, manifiesta que cuando se registran lluvias, como en los días pasados, el agua se estanca y crea charcos en todo el ejido, lo que en muchas ocasiones repercute en retrasos para acudir a su centro de labores.
María del Rosario Botello tiene que recorrer diariamente cerca de 300 metros para poder llegar al bulevar Torreón-Matamoros y esperar el autobús que habrá de llevarla a su centro de trabajo, situación que significa una odisea durante la temporada de lluvias, sobre todo porque: ?tengo que ir con zapatos blancos, porque soy de Intendencia, pues de plano no se prestan las calles, así como está ahorita, no se puede transitar, es incómodo?.
Originaria del ejido San Miguel, formó una familia que la integran su marido y sus tres hijos, Nayeli, Eloy y Jennifer Michel Muñoz Botello, de 16, 14 y diez años respectivamente, quienes al igual que el resto de los cinco mil habitantes de la localidad, se ven afectados por el lodazal en el que se convierten las calles del lugar, sobre todo ante la proximidad del inicio de clases.
?Luego uno manda a los niños a la escuela, pues cambiaditos; se viene el primer día de clases, pues uno hace la lucha por comprarles sus uniformes, zapatos y ya cuando acuerdan, llegan y los zapatos todos sucios, por los charcos que se hacen aquí. ¡no charcos, lagunas!?, relata María del Rosario, mientras observa la escuela primaria que se localiza a escasos metros de su domicilio y en cuya entrada principal, es obstruida por un enorme charco que ya imagina sobre las prendas de sus hijos.
?La situación en esta comunidad se agrava, porque el encharcamiento y el lodazal son focos de reproducción de zancudos y moyotes?, según explica Botello Ramírez, quien de manera instintiva lleva sus manos hacia sus brazos, cual si hubiese sido agredida por los citados insectos y a la vez observa el charco afuera que se localiza frente a su casa.
?A veces tenemos alergias?, agregó María del Rosario, por el contacto que luego se tiene con el agua estancada, por lo que en muchas ocasiones presentan irritación en la piel, sobre todo los niños, quienes sin medir el riesgo e ignorar los peligros, salen a jugar a las calles encharcadas e incluso con el lodo.
La administración municipal ha concluido con la instalación del sistema de drenaje, sin embargo, aún no se concreta la conexión total de los habitantes del ejido, muchos de ellos porque no cuentan con los recursos para hacerlo, según externó Bertha Treviño, quien también señaló que desde hace dos años, se realizó la pavimentación de la calle principal, la cual aún no tiene nombre, sin embargo, ha sido la única acción realizada en la localidad.
La comunidad.
San Miguel es la población que da la bienvenida a quienes ingresan a la ciudad de Matamoros, por el poniente de la ciudad.
- Población: cinco mil personas.
- Escuelas: un kinder.
dos primarias.
una secundaria.
- Pavimentación: solo la calle principal, sin nombre.
- Infraestructura deportiva: una cancha de beisbol.
dos campos de futbol.
- Drenaje: recién instalado, falta la conexión de los particulares.
FUENTE: Investigación de El Siglo de Torreón