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MÉXICO, DF.- Recurrir al bisturí para contar con un busto a la medida no es una novedad. Desde que en 1960 se inventaron los implantes de mama de gel de silicona, numerosas mujeres han acudido con el cirujano para mejorar su aspecto; sin embargo, lo novedoso radica en que aquéllas que lo han hecho tienen más riesgo de mortalidad temprana y de cometer suicidio.
De acuerdo con un equipo de investigadores daneses y estadounidenses, encabezados por Joseph K. McLaughlin, del Instituto Internacional de Epidemiología en Rockville, Estados Unidos, existen más trastornos síquicos, como baja autoestima, depresión y ansiedad entre las personas que se someten a cirugías estéticas que entre las que no, por esta razón el riesgo de suicidio es de hasta tres veces más alto entre ellas. Los especialistas afirman que las féminas que deciden aumentar el tamaño de sus pechos también tienen una mortalidad mayor que el resto de las mujeres.
Los resultados de la investigación se publicaron en el Archives of Internal Medicine y reafirman trabajos anteriores que documentaron la existencia de trastornos síquicos.
?La evidencia epidemiológica no sustenta una relación entre los implantes de gel de silicona y enfermedades específicas, entre las que se incluye el cáncer o trastornos neurológicos. Sin embargo, recientes trabajos han encontrado diferencias en los patrones de mortalidad entre las que sí se realizan esta intervención y las que no. Concretamente en otros tres trabajos epidemiológicos llevados a cabo con poblaciones diferentes, han concluido el mismo riesgo de quitarse la vida en el colectivo señalado: entre dos y tres veces más?, se explica en el artículo.
En este nuevo estudio se analizaron los casos de mujeres danesas, dos mil 761 que se aumentaron los senos en clínicas privadas y hospitales públicos; siete mil 071 que se redujeron las mamas en quirófanos públicos y otras mil 736 que fueron intervenidas de un problema estético no relacionado con el pecho. Todas las operaciones se realizaron entre 1973 y 1995.
Los resultados arrojaron que aquéllas que llevan silicona en su busto tienen un aumento significativo de la mortalidad, donde destaca una elevación de casos de bronquitis, enfisema y asma, además del mencionado suicidio.
Una de las explicaciones al mayor número de patologías respiratorias, tal y como apuntan los investigadores daneses, es porque ?las mujeres con prótesis tienden a beber y fumar más que, por ejemplo, las que se reducen el pecho?.
Uno de los aspectos relevantes es que ?se trata del primer estudio que documenta la prevalencia elevada de ingresos en centros siquiátricos anteriores a la intervención estética.
De hecho, ocho por ciento de las mujeres que se pusieron el implante estuvo ingresada por una enfermedad mental, en comparación con cuatro por ciento de las que se redujeron las mamas o el cinco por ciento de las que se realizaron otro tipo de intervenciones?.
Además el reporte agrega que las patologías más comunes fueron trastornos de personalidad, neurosis, drogodependencia y problemas afectivos.
Finalmente, los autores insisten en que se requieren de forma urgente más trabajos que busquen las causas últimas por las que hay más riesgo de quitarse la vida en este colectivo.