MÉXICO, DF.- El 22 de enero de 1955, la Liga Mexicana de Beisbol (LMB) fue admitida oficialmente en el beisbol organizado, por lo que el viernes anterior, el circuito profesional más importante de nuestro país, cumplió 50 años de pertenecer a la National Baseball Association.
Gracias a la labor de Anuar Canavati, quien fuera el factor principal para lograrlo, el ahora inmortal y entonces propietario de los Sultanes de Monterrey, fue el artífice para que esto pudiera llevarse a cabo. Gracias a eso, hoy en día son varios los equipos de la liga de verano que mantienen convenios de trabajo con sus similares de las grandes ligas.
El directivo chihuahuense consiguió que los altos comisionados de las ligas mayores y de la National Association, en este caso los señores Chandler y Trautman, le hicieron un reconocimiento al invitarlo a la Convención Nacional de Ligas Menores, donde estuvo como invitado y compartió su mesa con Joe Dimaggio. Bajo esta premisa, la Liga Mexicana comenzaba una nueva etapa al irse Jorge Pasquel, luego de la aportación de Canavati, más la llegada de Alejo Peralta y sus Tigres Capitalinos.
EL RECUERDO DE CANAVATI
Anuar Canavati llegó al beisbol en 1940, como propietario del equipo Camisas Canavati en la Liga Invernal de Monterrey, donde también participaban las novenas de Casa Bremer, Hotel Bridges y Sección 19. Ahí participó durante cuatro o cinco temporadas.
Su llegada al profesionalismo se dio en 1944 al integrar el equipo que representó a México en el Campeonato Mundial celebrado en Caracas, Venezuela. Para tal efecto seleccionó a José Luis “Chile” Gómez como manager y a jugadores de la talla de “Beto” Ávila, Vinicio García, Héctor Leal, Jesús “Chanquilón” Díaz, Juan Guerrero, “Zurdo” Alcaraz, Coty Leal, Bernardo López, “Memo” López y Molinero Montes de Oca, entre otros; el equipo llegó hasta las finales.
En 1946 fue enviado a los Estados Unidos por don Miguel Margáin Zozaya, entonces presidente del Club de Beisbol Monterrey, con la consigna de encontrar un parador en corto para la novena. Dos años más tarde, en plena competencia, el equipo de Monterrey que le pertenecía a Jorge Pasquel, fue retirado y enviado a la Ciudad de México, debido a la alta carga de impuestos. La campaña concluyó antes de su final por incosteable, aunque el título fue ganado por los regios.
Ante esa situación, Canavati hizo gestiones a manera personal ante el gobernador del Estado, Arturo B. de la Garza, quien era su amigo, para tratar de bajar las altas tarifas, que Pasquel recapacitara y regresara el equipo a la Sultana del Norte. Su petición fue aceptada y los impuestos bajaron a un mínimo considerable.
COMPRA A LOS SULTANES
Lo anterior hizo recapacitar a Jorge Pasquel, quien lo mandó llamar a la Ciudad de México para proponerle se hiciera cargo del Monterrey, ya que él era dueño de toda la liga, integrando una sociedad con él, donde cada uno tendría derecho a un 50 por ciento. Las únicas condiciones expuestas por el directivo regiomontano fueron ponerle alumbrado al Parque Cuauhtémoc y tener el control absoluto de la novena. Pasquel aceptó y de esa forma pudo ingresar al beisbol profesional al cien por ciento.
Ya como presidente de los Sultanes, Canavati tuvo su primera dificultad con Pasquel en los inicios de 1949, para poner fin a la sociedad y obligarlo a comprarle el otro 50 por ciento del club. Eso propició que Monterrey se convirtiera en la primera novena independiente en la LMB, aunque las siete restantes siguieron bajo el yugo del directivo veracruzano.
En 1950 Canavati hizo que el Águila de Veracruz se independizara parcialmente. De esta forma, en la primera junta de 1951, ya había dos clubes independientes. Ese mismo año convenció a los directivos de Nuevo Laredo para que se independizaran y lo mismo hizo con el Unión Laguna de Torreón, de tal manera que al iniciar 1952 ya había cuatro equipos independientes y aunque aún no eran mayoría, al menos tenían más libertad y podían tomar decisiones propias.
Al iniciarse las gestiones para la temporada 1953 las cosas cambiaron notablemente. Los señores Pasquel se retiraron del beisbol y sólo quedaron seis equipos. Se fue Veracruz que jugaba en la capital y San Luis optó por irse a jugar en México. Así comenzaron la temporada con sólo seis equipos, pero en el mes de julio Torreón se retiró de la liga y quedaron sólo cinco escuadras. Poco después se retiró Jalisco, para dejar la competencia con Nuevo Laredo, Águila, México Rojos y Monterrey. Como si eso fuera poco, en el mes de agosto el principal directivo de los Diablos Rojos abandonó la liga y para que ésta no terminara, Nuevo Laredo, Águila y Monterrey se hicieron cargo de los jugadores de ese club para continuar adelante.
MULTITUD DE PROBLEMAS
Las cosas no fueron fáciles en 1954. Por ejemplo, el Parque Delta pertenecía ahora al Seguro Social y éste inmediatamente procedió a tumbarlo para edificar un parque nuevo. Sólo había tres equipos y el Veracruz estaba a punto de salirse. Como si eso fuera poco, Canavati tuvo que conseguirle dueños a los clubes México Rojos y a otro equipo capitalino, llamado Azules del México.
Canavati convenció a los directivos del Veracruz y las cosas mejoraron cuando Yucatán trató de incorporarse al circuito. Este club ofreció pagarle los pasajes de ida y vuelta a los demás clubes que hicieran el viaje a Mérida y de esa forma pudo continuar la liga con seis novenas. Ahí estaban los dos clubes de México, Monterrey, Águila, Yucatán y Nuevo Laredo.
Eso lo motivó todavía más para procurar el ingreso de la Liga Mexicana al Beisbol Organizado. Sobre éste aspecto, ya en 1949 había acompañado al Dr. Eduardo Quijano Pitman, entonces presidente de la liga, a entrevistarse con los altos comisionados de las ligas mayores y de la National Association.
Canavati fue invitado a la Convención de la National Association que se celebraba en Houston en la última semana de noviembre, en su calidad de solicitante y observador. Ahí tuvo oportunidad de reunirse con el comité ejecutivo, presidido por el señor Trautman; tras exponerle su intención y la solicitud de ingreso, le dijeron que posteriormente resolverían, ya que tendían que estudiar las condiciones de la liga, sus actividades financieras y sus asistencias.
MOMENTO HISTÓRICO
El señor Trautman le pidió a Canavati viajar a la ciudad de Columbus en enero de 1955, y se presentó en aquella ciudad el nueve de enero; ahí, en sesión del comité ejecutivo y ante la presencia de los medios informativos, la LMB fue admitida oficialmente como miembro de la National Association, Canavati fue invitado al banquete anual de la prensa, que se celebraba en Nueva York el 15 de enero, donde el alto comisionado Ford Frick, confirmaría dicho ingreso. Canavati alternó en la mesa de honor con los señores Frick y Joe Dimaggio, quien era el huésped de honor esa noche tan memorable.
El señor Frick le presentó a Walter O’ Malley, presidente de los entonces Dodgers de Brooklyn, quien le ofreció un arreglo de trabajo entre su equipo y los Sultanes de Monterrey, para convertirse éste en el primer convenio internacional entre dos novenas. Iniciaba así una nueva etapa en el beisbol profesional de México, con Anuar Canavati como la figura principal para tal efecto.
Una década más tarde, Anuar Canavati, el hombre que salvara al beisbol mexicano tras la crisis provocada por la salida de Pasquel y que consiguiera la unificación de nuestro beisbol con el beisbol organizado, falleció el 11 de mayo de 1965, tras haberse caído de un caballo cuando jugaba polo en un poblado de Texas.