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Berlín, Alemania.- La Catedral de Berlín, una de las cuatro con que cuenta la capital alemana y que constituye una de las obras arquitectónicas más sobresalientes de la ciudad, cumple esta semana 100 años desde su inauguración por el emperador Guillermo II.
La joya arquitectónica de la religión cristiana protestante será el escenario de numerosos conciertos, eventos culturales y servicios religiosos durante esta semana y la próxima.
El especialista en diseño con luces, Matthias Zeckert, iluminará la catedral protestante de forma que se vea como "vestida de colores fluidos".
En Alemania conviven las dos grandes religiones cristianas, la Protestante y la Católica, sin roces ni disputas, e incluso celebran servicios religiosos ecuménicos a los que pueden asistir tanto católicos como protestantes.
El Berliner Dom, la catedral protestante de Berlín, ha sido en el pasado el punto central de eventos históricos desde que se inauguró en 1905.
El emperador alemán Guillermo II encargó en 1893 al arquitecto Julius Carl Raschdorff construir una catedral que constituyera "un signo de agradecimiento a Dios".
En el centro de Berlín, donde antes se encontraba una modesta iglesia protestante, se construyó la catedral al estilo neo barroco con tres cúpulas de bronce. Varios de los flancos de la edificación se levantaron sobre el Río Spree, que cruza el centro de la ciudad.
El trabajo de construcción duró diez años y se convirtió en la iglesia protestante más grande de Alemania y el recinto donde la familia noble Hohenzollern enterró en su cripta a sus descendientes.
La inauguración del Berliner Dom se llevó a cabo para celebrar el 24 aniversario de bodas del emperador y su esposa en 1905, cuando miles de alemanes acudieron al Jardín de las Delicias, donde se alza la construcción, para presenciar el acontecimiento.
Durante la Alemania nazi también fue el centro de eventos oficiales. En 1936 se realizó en esa catedral el oficio religioso durante la inauguración de las Olimpiadas, que en ese año se llevaron a cabo en el país europeo.
Como parte de la festividad deportiva, cientos de atletas del canotaje surcaron el Río Spree para arribar por ese medio al Berliner Dom, donde un año antes se había casado el mariscal imperial de Adolfo Hitler, Herman Gring.
La joya arquitectónica no fue excluida de los combates durante la Segunda Guerra Mundial, pues en 1940 un ataque aéreo destruyó el altar mayor y en enero de 1944, una bomba incendió la cúpula principal, la más grande de las tres con que cuenta la catedral.
En los años posteriores a la guerra, el frío, la lluvia y la nieve continuaron dañando la construcción. En 1952 y 1953 se le colocó un tejado provisional para evitar mayores daños debido a las inclemencias del tiempo.
En esos años, grupos de "amigos de la Catedral" hicieron lo posible para evitar un deterioro mayor, sin embargo hasta 1993, después de la Unificación de Alemania, comenzó de forma oficial su reparación.
El último gran evento que tuvo lugar en esa catedral protestante fue el pasado ocho de enero, cuando el presidente de Alemania, Horst Koehler, encabezó el oficio religioso ecuménico en memoria de las víctimas del Tsunami en el sureste asiático.
