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México, DF.- Dado que 90 por ciento de la economía en México está compuesta por microempresas que por lo general carecen de crédito, las cajas de ahorro popular, arrendadoras, compañías de factoraje y Sofoles representan una alternativa para las Pymes.
Para apoyar a las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes), el Gobierno Federal creó varios programas a través de Nacional Financiera (Nafin), el Banco Nacional de Comercio Exterior (Bancomext) y el Sistema Nacional de Garantía.
Sin embargo, estas alternativas aún representan desventajas como altas tasas de interés, acceso limitado y poca variedad en los productos que ofrecen. En ese sentido, son las organizaciones auxiliares de crédito una alternativa para las Pymes, dado que están más orientadas al sector que la banca comercial.
De acuerdo con la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de los Servicios Financieros (Condusef), las pequeñas y medianas empresas son la base del crecimiento económico, al emplear a más de 70 por ciento de la población y contribuir con más de 42 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional. Refiere que de acuerdo con Standard & Poor?s, en términos reales el otorgamiento de crédito de la banca disminuyó casi 52 por ciento entre 1994 a 2002 y es equivalente a seis por ciento del PIB, cuando el promedio internacional es entre 40 y 60 por ciento.
Menciona que los proveedores han financiado a las Pymes y sustituido a la banca al apoyar hasta 62 por ciento de ellas, por lo que estima que en diez años las organizaciones auxiliares de crédito tengan un alcance de 25 a 30 por ciento de la población. Las Sociedades Financieras de Objeto Limitado (Sofol) nacieron luego de la crisis bancaria en el marco de las negociaciones del Tratado de Libre Comercio con América del Norte para atender segmentos específicos de crédito sin requisitos como apertura de cuenta de cheques u otros productos.
A diferencia de los bancos, las Sofoles no pueden captar recursos del público, por lo que el dinero que prestan proviene de la colocación de instrumentos financieros o bonos en el mercado bursátil. En cuanto a las uniones de crédito, la Consar explica en su publicación mensual que éstas son un grupo de personas dedicadas que constituyen un fondo de ahorro que luego les permitirá prestarse recursos en condiciones más favorables a las que ofrecen otros agentes financieros.
Así, la operación de este fondo está a cargo de sus integrantes y permite promover la organización y administración de empresas industriales o comerciales mediante la asociación con terceros.
El arrendamiento financiero por su parte es un instrumento con el que una empresa se obliga a comprar un bien para conceder el uso a otra persona durante un plazo específico, en el cual el arrendatario debe pagar una renta y cubrir el valor el valor de adquisición del bien y gastos extras aplicables. Este instrumento permite al arrendatario utilizar el bien, sin que sea de su propiedad con posibilidad de compra.
La Condusef indica en su publicación que mientras las Pymes ceden a las empresas de factoraje las cuentas por cobrar de sus compradores, sin perder recursos, las cajas de ahorro operan ya en la actualidad bajo nuevas reglas que benefician a sus socios. El organismo precisa que la tasa promedio estas organizaciones es de 14 a 24 por ciento, en comparación al promedio de 46.03 por ciento de las tarjetas de crédito. Agrega que debido a que dos de tres Pymes no están dentro del sistema tributario, con lo que sólo 500 mil podrían tener acceso al crédito bancario.