Familiares y amistades dan el último adiós a la leyenda del pancracio nacional
TORREÓN, COAH.- Una vez más la lucha libre mexicana está de luto por la muerte de José Marín González, mejor conocido como ?Joe Marín?, quien diera brillo a este deporte hace décadas y se convirtiera en uno de los monstruos sagrados del pancracio gracias a sus grandes cualidades como deportista y don de gente.
Tras conocerse ayer la noticia de su muerte, ocurrida el domingo en esta ciudad, ayer fue despedido por familiares, amistades y algunos de sus amigos íntimos de la lucha libre con los cuales mantuvo una estrecha relación al paso de los años.
A las tres de la tarde se realizaron los servicios religiosos en la capilla que se ubica en la agencia funeraria donde fueron velados sus restos. Ahí estuvo presente su gente, que acudió a darle el último adiós a uno de los grandes de los encordados, quien siempre se caracterizó por su entrega y profesionalismo en la lucha libre.
Cerca de las 16:00 horas, el cortejo fúnebre partió al Panteón Municipal, donde tras un breve acto fueron depositados sus restos en el lugar donde descansará uno de los grandes laguneros que lograron triunfar al más alto nivel de este deporte.
Entre las personalidades del ambiente luchístico local que se hicieron presentes para despedirse de Joe Marín, estuvieron Joe Marquina, Jesús ?Chuchu? García, mejor conocido como ?El Rebelde?, ?El Calabrote? Guerrero y el boxeador Chano Barrientos, así como el comentarista de lucha libre Amador Nájera Limón.
De otros amigos como Polo Torres, Gran Markus y Espanto II, se dijo habían hablado por teléfono con la familia, ya que al parecer no habían acudido por problemas de salud, aunque manifestaron su pesar y solidaridad con la familia.
Quizá algo lamentable fue la ausencia de los gladiadores que integran las nuevas generaciones, que poca o nula presencia tuvieron en el adiós a Joe Marín, un detalle negativo, toda vez que finalmente fue un compañero de profesión, que hace décadas con su trabajo se encargó de abrir las puertas para otros laguneros que posteriormente han triunfado en las grandes arenas mexicanas.
A su partida, Joe Marín deja una gran familia, integrada por sus hijos Mabel, Georgina, Nidia, Bernardo, Adriana y Alejandra, además de Omar, Edgar y Edgardo, así como a su viuda, la señora María Teresa Madrigal de Marín, su compañera de toda una vida, además de una buena cantidad de nietos y bisnietos.
Un ser agradecido: Adriana Marín
Al recordar a su padre, la señora Adriana Marín lo describió como un ser agradecido con la vida y desde luego con la lucha libre, deporte al cual le brindó una gran parte de su vida, lo que le permitió forjar su futuro y el de su familia.
?Él recordaba siempre con mucho cariño su carrera como gladiador profesional, a sus compañeros y grandes amigos como Blue Demon, Polo Torres, El Cavernario Galindo y desde luego El Santo, con quien entabló una gran amistad y además era uno de sus grandes admiradores, de ahí que siempre considerara un gran honor poder alternar con una figura de su talla?.
Su hija, quien lo admiró desde siempre como deportista y, desde luego, como padre, afirmó que nunca lo vio luchar, y de hecho no quiso hacerlo. ?Me dolía mucho verlo llegar a casa golpeado después de sus presentaciones, sabía que era su trabajo, pero era una sensación de impotencia muy grande que nunca he podido superar?.
Al hablar de sus recuerdos, resaltó el homenaje que se le brindó hace algunos años en el Auditorio Municipal, donde su padre vivió momentos de gran emoción al recibir el reconocimiento del público presente. ?Él lo disfrutó mucho, el poder sentir el cariño de la gente fue algo que le generó un gran gusto y satisfacción?.
?Nunca quiso que peleara?: Bernardo Marín
Bernardo, hijo de don José Marín, afirmó que su padre jamás le quiso enseñar los secretos de la lucha libre, ya que a decir de su padre, no quería que peleara ni siquiera en un ring.
?Alguna vez le pedí que me enseñara a luchar, le dije que yo deseaba ser como él, me miró y me dijo que eso no era posible, que yo debía ser mejor que él, pero finalmente me dejó en claro que no me iba a enseñar.
?Le sugerí que me enseñara a defenderme y también se negó, me aconsejó que mejor procurara evitar la pelea, que si existía la posibilidad de un problema, mejor me alejara y evitara problemas. Es curioso, pero a pesar de que él era luchador no le gustaba la violencia, siempre prefirió ser una persona muy pacífica y ese principio nos lo inculcó a todos sus hijos?.
Bernardo consideró que la mejor enseñanza que su padre le ha dejado, es el respeto por los demás y la disciplina que supo imponer en su familia, donde él siempre tenía la última palabra, debido a lo cual tuvo el respeto de todos; finalmente cada decisión que tomaba era con la intención de cuidarlos e impulsarlos a ser mejores seres humanos.
?Pocos conocieron realmente a mi padre, detrás del hombre de carácter se escondía un extraordinario ser humano, bondadoso y humilde, al cual le gustaba compartir lo que tenía, en algún tiempo le dio por organizar comidas para los niños voceadores y los ancianitos de un asilo, era una actividad que a él le llenaba, pero cuando se le quiso dar difusión decidió ya no hacerlo, no le gustaba la publicidad?.
Bernardo dijo que su padre vivió como él siempre quiso y murió igual, de acuerdo a su voluntad y convicciones, las cuales puso en práctica a lo largo de su vida, sin olvidarse jamás de sus orígenes.