SUN-AEE
MÉXICO, DF.- Alfonso Navarrete Prida, procurador del Estado de México, prometió dar la próxima semana, a más tardar el jueves, un balance de las investigaciones sobre la muerte de Enrique Salinas de Gortari, de donde se podrían desprender arraigos o consignaciones sobre este caso, pues a cinco meses de haberse cometido el crimen aún no existe autor intelectual ni material del homicidio.
Bajo las reservas que obligan al procurador por Ley a no dar información sobre las investigaciones de una averiguación previa, el funcionario se ha mantenido sin dar mayores detalles de los avances del mismo, pero dijo ayer que ya se cuenta con el estudio de más de 900 mil llamadas entrelazadas antes y después de haber sido asesinado el hermano menor de la familia Salinas de Gortari.
Fuentes extraoficiales revelaron que el caso está difícil, cerrado, revuelto, confuso, e incluso no hay pistas de los probables responsables, toda vez que policías municipales de Huixquilucan reconstruyeron la escena del crimen el día en que fue abandonado el cuerpo de Enrique Salinas en esa zona residencial.
Los testimonios de casi 200 personas citadas a declarar ante el Ministerio Público del estado llevan contradicciones en muchos casos y también no dan pistas, debido a que el hoy occiso hablaba poco, no tenía comunicación con su familia, no contaba sus problemas a amigos, vecinos o conocidos de negocios.
Lo que sí asegura el procurador es que se trata de un crimen por extorsión o pasional, que va relacionado por el dinero que manejaba éste en el extranjero y por tanto fue víctima de amenazas, seguimiento, acoso, al grado de haber sido asesinado.
Aunque faltan pruebas periciales de telecomunicaciones, para detectar las llamadas entrelazadas y se requieren también los resultados de los estudios de cabellos encontrados en las manos de Enrique Salinas y huellas dactilares registradas en vehículo y cuerpo, hasta ahora no se ha podido determinar quién o quiénes fueron los homicidas.
En un principio Navarrete Prida mencionaba que podría tratarse de un círculo de seis personas, de las más cercanas a la vida de Enrique Salinas y en las que podrían estar Adriana Lagarde, su ex esposa, o algunos hombres de negocios de su confianza, pero hasta ahora no han podido fincarse responsabilidades a pesar de que esta mujer se encuentra amparada y ha acudido en dos ocasiones ante el MP.
