Porque por todos lados, las puertas siguen cerrándoseles.
La edad se les vino encima, de tanto venir andando.
Y como sigue diciendo la canción, los miramos desde lejos y luego los olvidamos.
Llegaron a la tercera edad y de pronto apareció ante ellos una especie de abismo.
Porque en muchos lugares no los quieren, menos donde dan trabajo.
Y la gran mayoría están llenos de energía, de sueños, de inquietudes y de capacidad, y también de carencias.
Pero el mundo entero se está tornando ingrato con ellos.
Este mundo que ahora dirigen y organizan los jóvenes no los contempla en sus planes.
Y a ellos pocos los defienden y los toman en cuenta.
No tienen un liderazgo que los impulse y los atienda.
En los planes de los políticos, de ésos que andan en campaña y los que tienen agarrado el poder, tampoco están contemplados.
Ni siquiera el Chapulín Colorado los ubica, ocupado en los chiquillos de la barriada.
En la Comarca Lagunera, un par de empresas los tiene como ?cerillos? y nada más, para ver cuánto les dan de propina.
Pero en la casa de estos seres olvidados, no contemplados por nadie, hay muchas, muchísimas carencias, alimento, ropa, medicinas, etc. etc.
Y cuando los quieren tomar en cuenta los ponen a hacer filas, a soportar rigores climáticos, como señalándolos y subestimándolos.
Están en los cruceros, o con franelas rojas cuidando carros, algunos andan tratando de vender cuando menos chicles.
Es que la edad se les vino encima, y cada vez son muchos más, sin un futuro seguro, sin una esperanza, sin apoyos.
¿Quién se ocupará de ellos?