En este mes de junio, se cumplen cien años del nacimiento de un pensador francés que con sus teorías existencialistas causó impacto en el mundo entero.
Se llamó Jean-Paul Satre y nació en París el 21 de junio de 1905.
Joven, mientras estudiaba en la Escuela Normal Superior de la Ciudad Lux, conoció a Simone de Beauvoir, quien sería su compañera sentimental de toda la vida y con quien elaboró trabajos literarios que motivaban la atención sobre todo de la nueva generación pensante.
Su primer paso para ganar la notoriedad lo logró con la publicación de su novela La Náusea, en la que hacía una descripción del absurdo de la vida humana.
Fue el gran impulsor de la doctrina existencialista en la que abogaba porque el ser humano tuviera libertad absoluta.
Entre sus pensamientos famosos estuvo aquél de que el ser humano tenía, de acuerdo con la trascendencia de sus actos, un impacto importante en su entorno, por lo que existía un compromiso de cada quien hacia los demás, lo que resumía en esta frase: ?no puedo tomar mi libertad como fin si no tomo igualmente la de los otros como fin?.
Era un ser rebelde, que sin embargo se apoyaba en el gran cariño de su querida Simone.
Y no fue una sorpresa, que en 1946, fiel a su temperamento, rechazara el Premio Nobel de Literatura que le había sido conferido, lo que causó revuelo en los círculos literarios del mundo.
Lo recordamos cien años después de su nacimiento, pues murió el 15 de abril de 1980 a los 75 años de edad.