Las atenciones.
Las muestras de respeto.
¡Qué hermosas son cuando aparecen espontáneas!
Tener la delicadeza de llevar de vez en cuando una flor a la persona amada.
Ayudar al señor o la señora de edad que espera pasar la calle.
Cuidar el trato con nuestros semejantes, sin emplear bromas inapropiadas ni frases ofensivas.
Todos, cada amanecer, tenemos la gran oportunidad de ayudar a tener un mundo mejor.
Y en este espacio en el que nos tocó vivir hay muchísimos seres que dependen de nuestro buen y mejor comportamiento.
Nos llama la atención que en nuestra comunidad seguimos muy atrasados en varios renglones.
Salimos a la calle, caminando o conduciendo un vehículo y es asombrosa la pésima cultura que existe de no respetar al peatón ni al que conduce otro automóvil.
El que maneja no quiere darle espacio y tiempo al que camina.
Y desea toda la calle para sus urgencias o sus deseos cuando conduce su vehículo.
Muchas tragedias se han originado por altercados viales.
Hace tiempo un señor bajó de su vehículo pistola en mano y agredió a un joven.
Y es que muchos se levantan de la cama ya irascibles, molestos por cosas que les afectan y otros pagan siendo inocentes.
Lo bueno de todo es que usted es diferente, apacible, tolerante, comprensivo y muy humano. Eso es lo mejor.
Este mundo sería más agradable y placentero si todos cooperáramos con un poquito, sobre todo teniendo amabilidad, paciencia y respeto a los demás.