Solicia Sinpitier, madura señorita soltera, se topó en un oscuro callejón con un individuo que la amenazó con su navaja. "No voy a gritar, señor -le dice prontamente la senil doncella-. Pero, por favor, haga las cosas sin violencia, para que no me lastime". "Lo único que quiero -responde con extrañeza el asaltante- es su dinero". "Entonces sí voy a gritar" -replica muy disgustada la señorita Sinpitier... Cuatro médicos fueron a cazar patos. Uno era médico general; el segundo era siquiatra; el tercero era cirujano y el cuarto era patólogo. Acordaron disparar por turnos. Pasa el primer pato, y el médico general no le dispara. "No sé si sea un pato" -explica. Pasa otro, y el siquiatra tampoco le dispara. "Yo sé que es pato -analiza-. Pero ¿lo sabe él?". Pasa el tercer pato. El cirujano le dispara sin vacilar y lo mata. Se vuelve hacia el patólogo y le pide: "Ve a ver si realmente era un pato"... Le dice un chino a Babalucas: "¡Hola!". Contesta el tonto roque: "Las 10 y cuarto"... Otro de Babalucas. Le cuenta a un amigo: "Ahora que fui a la India me mordió una serpiente". Pregunta el amigo: "¿Cobra?". "No -contesta el badulaque-. Gratis"... El último de Babalucas. Leyó en el periódico: "Alud mata 200 personas", y exclamó lleno de indignación: "¡Ah, esos terroristas árabes!"... Doña Frigidia, ya se sabe, es la mujer más gélida del planeta. Hace tiempo leyó un libro acerca del desierto de Sahara, y eso bastó para que se formara ahí un casquete polar. Pues bien, la semana pasada su esposo, don Frustracio, le contó a un amigo: "Por primera vez la otra noche mi esposa no actuó con tanta frialdad en nuestra unión". "¿Por qué lo dices?" -le pregunta el amigo. Responde don Frustracio: "Dejó caer la lima con que se estaba arreglando las uñas"... En la puerta de entrada al Tec de Monterrey, en mi ciudad, Saltillo, hay un letrero que ostenta con orgullo estas palabras: "Campus libre de tabaco". Yo felicito cumplidamente al rector del Instituto, a sus maestros, alumnos, empleados y trabajadores, por haber erradicado ese nocivo mal de su lugar de estudio y de trabajo. Son conocidos los daños de todo orden que el tabaco causa a los fumadores, y las molestias y riesgos que éstos provocan a quienes deben convivir con ellos. No pasará mucho tiempo sin que el acto de fumar sea juzgado en la misma forma que algunas necias costumbres del pasado, como aquella del duelo, por ejemplo, en que los hombres se mataban por supuestas cuestiones de honor. Eso, y el acto de fumar, son muestra de la supina insensatez del hombre. Que tanta gente muera por causa de enfermedades relacionadas con el tabaquismo, y que aun así algunos sigan fumando, es algo verdaderamente inexplicable. Estamos en tiempo de hacer buenos propósitos. Háganse los fumadores el excelente propósito de vencer ese funesto vicio. Por mi parte yo haré el propósito de ya no echar sermones... Le pregunta el niñito a su papá: "Papi: el tendero de la esquina ¿es mi hermano?". "Desde luego que no -se extraña el señor-. ¿Por qué piensas eso?". Explica el muchachillo: "Es que cada vez que mi mamá pasa por ahí el tipo ése le da una palmadita en una pompis y le dice: ?¿Cómo has estado, mamacita??"... El padre Arsilio fue a predicar en la iglesia de la colonia más rica de la ciudad. Les dice a los presentes: "Recordemos, hermanos, los Diez Mandamientos". "Disculpe, padre -lo interrumpe uno de los adinerados feligreses-. Para nosotros son las Diez Respetuosas Sugerencias"... Don Algón invitó a cenar a una chica de muchas curvas, pero de poco mundo. Al terminar la cena propone el salaz ejecutivo: "¿Qué te parece, linda, si ahora disfrutamos de un espresso?". "Me parece muy bien -acepta la muchacha-. Pero antes de irnos me gustaría tomarme un cafecito"... FIN.