Una señora fue a visitar al ginecólogo. Sentía ciertas molestias, le dijo, náuseas, mareos, ascos... Pregunta el especialista: "¿Es usted una persona sexualmente activa?". Responde la señora: "No". La examina el facultativo, y luego le informa: "Está usted embarazada. ¿No me dijo que no es persona sexualmente activa?". "Y no lo soy, doctor -asegura la mujer-. Nada más me pongo"... Un individuo se presentó ante el juez. Quería divorciarse de su esposa. "¿Por qué?" -pregunta el letrado. Contesta el demandante: "Ella quiere que a estas alturas me ponga yo a aprender". Dice el letrado: "Eso no es causa para pedir la disolución del vínculo matrimonial". "Entiéndame -replica el individuo-. El otro día llegué a mi casa y encontré a mi esposa en la cama con un desconocido. Estaban haciendo toda suerte de acrobacias eróticas. Me vio mi mujer y me dijo: "Aprende"... Un judío pidió hablar con un teólogo católico. Le dice: "He leído cuidadosamente los Evangelios, y tengo una duda. Jesús nació de una virgen ¿no es así?". "En efecto, así es" -responde el teólogo. Continúa el judío: "José, de oficio carpintero, fungió como el padre de Jesús, ¿no es cierto?". "Efectivamente" dice el teólogo. Prosigue el visitante: "Jesús fue crucificado, resucitó, y subió a los cielos en cuerpo y alma. ¿Me equivoco?". "No, señor -responde el teólogo-. Así lo dicta nuestra fe". Dice el consultante: "Ahí surge mi duda". Inquiere el teólogo: "¿Cuál es su duda?". Pregunta el judío: "¿Qué pasó con la carpintería?"... El arquitecto les mostró a los esposos los planos de la casa que había diseñado para ellos. "¿Tiene salón de juegos?" -quiere saber el señor. "No" -responde el arquitecto. El hombre se molesta. "¿Y entonces dónde voy a meter a mis amigos?". Pregunta la señora: "La recámara ¿tiene clóset?". Contesta el arquitecto: "No". Exclama la mujer muy enojada: "¿Y entonces dónde voy a meter a los míos?"... Himenia Camafría y Celiberia Sinvarón, maduras señoritas solteras, estaban comiendo en un restorán. Un caballero otoñal que se hallaba en la mesa vecina se dirige a Celiberia y le dice: "Perdone mi indiscreción, pero la he estado viendo y tiene usted una hermosa dentadura". Himenia, celosa, le dice a su amiga: "Pásale la dentadura al señor, para que pueda verla más de cerca"... Don Picio, hombre muy feo, iba por la calle cuando escuchó que alguien le hacía: "¡Pst pst!". Volteó hacia arriba y vio que era una hermosa mujer cubierta sólo con un vaporoso negligé la que lo llamaba desde una ventana del segundo piso. "Por favor venga -le dice la señora-. Estoy necesitando un hombre como usted. Vivo en el departamento 23. Encontrará la puerta abierta. Entre usted sin hacer ruido". Anheloso el tal Picio sube por la escalera y entra en el departamento. Ahí lo esperaba ya la guapa fémina."¡Shhh! -le impone ella silencio-. Venga; vamos a la recámara". La sigue Picio, y al entrar en la alcoba ve a un chiquillo enfurruñado. Le dice la señora al crío: "¿Lo ves? Te dije que si seguías portándote mal iba a venir el coco"... El viajero fue al lobby bar de su hotel. Se le acerca una rubia y le dice: "¿Nos tomamos una copita, guapo?". Responde el individuo: "No soy precisamente un bebedor, pero está bien, tomemos la copita". Le dice luego la muchacha: "¿Bailamos?". Contesta el tipo: "No soy precisamente un bailarín, pero está bien, bailemos". Después le dice ella: "¿Vamos a tu cuarto a hacer el amor?". Replica el sujeto: "No soy precisamente un gran amante, pero está bien, vayamos". Termina el trance y dice la muchacha: "¿Y el dinero?". Responde el individuo: "No soy precisamente un gigoló, pero está bien, dámelo"... FIN.
