Torreón Calidad del aire Peregrinaciones Tránsito y Vialidad

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

Armando Camorra

Don Cornulio llegó a su casa y encontró a su esposa en la cama sin nada encima aparte de un moño de seda muaré en la cabeza, pero eso no contaba. La señora se hallaba -aparte de en la cama, que eso ya lo dije- en evidente estado de nerviosidad. Sospechando algo don Cornulio se asomó abajo del lecho conyugal, y ahí vio una pantufla que traía perdida desde el 87. Luego abrió la puerta del clóset. Adivinen mis cuatro lectores qué vio ahí. ¿La otra pantufla? No. Vio a su compadre Pitoncio en igual estado de encueramiento que su esposa, y más aún, pues ni siquiera traía moño. "¡Compadre! -profiere don Cornulio desolado-. ¿Usted aquí?". "¿Y a quién esperaba hallar, compadre? -responde el otro, cachazudo-. ¿A Robert Redford?"... El otólogo le dice al ancianito: "No es que se esté quedando sordo del oído izquierdo, don Senilio. Lo que sucede es que trae ahí un supositorio". "¡Santo Cielo! -se consterna el viejecito-. ¿Y entonces dónde puse mi aparato auditivo?"... La muchacha lucía las evidentes señas de un próspero embarazo. Su novio estaba de rodillas frente a ella, en evidente actitud de proponerle matrimonio. Atrás del novio hacía guardia el papá de la chica, apuntándole al galán con una escopeta de dos cañones, en evidente actitud de amenaza. Habla la muchacha y dice: "Caray, Forzato, no sé qué contestarte. ¡Todo esto es tan inesperado!"... Babalucas visitaba una granja. El dueño lo llevó a un galpón, y ahí vio Babalucas una empinada escalera vertical de angostos peldaños que conducía a un altillo. Pregunta el tonto roque: "¿Qué tiene allá arriba?". Contesta el granjero: "Alimento para las vacas". "¡Pobres animalitos! -se conduele Babalucas-. ¡Lo que han de batallar para subir esa escalera!"... En una fiesta cierto individuo conoció a una chica que -le dijeron- tenía un ojo de vidrio. En la conversación salió el ojo. Quiero decir, salió literalmente: la chica se agachó para algo y el ojo se le salió de la órbita. Horrorizado, el tipo lo recoge apresuradamente, lo limpia con su pañuelo y lo vuelve a poner en su sitio. Apenas había terminado de hacer eso cuando la muchacha lo toma por la mano, lo lleva a una recámara y sin más ni más procede a hacerle el amor en forma delirante. Acabado el trance el exhausto galán inquiere gratamente sorprendido: "Caramba ¿así actúas con todos los hombres?". "No -responde ella-. Nada más con los que me llenan el ojo"... La tarea de desaforar a López Obrador no corresponde en primera instancia a los diputados. Esa labor toca más bien a los grandes empresarios -industriales, dueños de cadenas comerciales, banqueros, magnates de la televisión- que sienten amenazados sus intereses por el izquierdismo cerril del tabasqueño, por su demagogia populista, su falta de apego a la ley, su mesianismo y su actitud autoritaria. Esos empresarios pueden desaforar a López Obrador. No en el sentido de quitarle el fuero, sino en el sentido de quitarle el foro. A López Obrador lo han hecho grande los medios de comunicación masiva, especialmente la televisión. Si los consorcios televisivos no le concedieran tanto espacio, o si lo dieran en igual medida a otros aspirantes a la Presidencia, el señor se desinflaría en la misma forma que fue inflado. Fuero o no fuero, menos foro para él. En eso pueden influir los grandes anunciantes, que ahora están cruzados de brazos esperando un milagro que por sí solo nunca llegará... La niñita le dice a su padre: "Papi: quiero saber algo acerca del sexo". El señor tose, conturbado. Le sugiere a la pequeña: "¿Por qué no platicas con tu mamá?". "¡No! -responde asustada la chiquilla-. ¡No quiero saber tanto!"... FIN.

Leer más de Torreón

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Torreón

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 129505

elsiglo.mx