Un fantasma recorre el mundo: el fantasma del Destino Manifiesto... ¡Brrrr! ¡Qué principio tan ominoso, columnista! Con él me provocaste un espasmo nictitante, maleatorio y clónico. Mira este temblar de manos; mira este abrir y cerrar de párpados, incontrolable. ¿Qué fantasma es ese que dices, qué aparición o qué quimera? Ea, responde, pero antes da a la luz algunos cuentecillos que disipen la oscuridad en que tus lóbregas palabras nos pusieron... Años veintes. Chicago. Don Corleone, el Padrino de la mafia, asistía al funeral de una muchacha. Llega un doliente y mira a la joven mujer en su ataúd. ¡¡Che bella ragazza!! -exclama conmovido. Responde don Corleone con voz como la de Marlon Brando en la película: "Soave bimba, certamente, col viso ancora di color di rosa". "¿De qué murió?" -pregunta el recién llegado. Contesta el Padrino: "De gonorrea". "¿Gonorrea?" -se sorprende el otro-. Nadie muere de gonorrea". "Sí muere -replica sombrío el Padrino-, si se la contagió a don Corleone"... Un señor iba en el atestado autobús y subió a él -al autobús, no al señor- una mujer que profesaba ideas feministas radicales. El hombre se levantó de su asiento, y la señora le dirigió una mirada fulminante. "Siéntese usted -le dice con hosquedad-. Puedo perfectamente ir de pie". "No, señora" -balbuce el desconcertado caballero. "¡Que se siente, le digo!" -retoba la mujer. "Pero, señora..." -repite el señor. "¡Insisto en que se siente!" -profiere de nueva cuenta la extremada feminista. El señor se molesta. "Y yo insisto en no sentarme -declara ya decidido-. Ésta es la esquina en que me debo bajar"... La hija mayor de Babalucas le dice: "Papi: perdí mi doncellez". Responde el badulaque: "Eso te pasa por no poner las cosas en su lugar"... A eso de la medianoche el marido y la esposa se fueron a la cama. Ella apagó la luz y se dispuso a dormir, pero él se le acercó con intenciones inequívocas. "Hoy no, querido -le dice la señora-. Tengo que levantarme a las 6 de la mañana". "No hay problema -responde él-. Total, si para esa hora no he terminado, te levantas"... La mujer le dice al visitante: "Le advierto, compadre, que mi marido está por llegar". Responde el otro, azorado: "Pero, comadre ¡si no he hecho nada!". "Por eso se lo digo, compadre -precisa la señora-, por si quiere usted hacer algo"... A esa muchacha le dicen "La tierra". Es de quien la trabaja... Un fantasma recorre el mundo: el fantasma del Destino Manifiesto. Ese eslogan norteamericano lo acuñó en 1845 John L. O’Sullivan, director de la revista "United States Magazine and Democratic Review", quien en un artículo se refirió a "... nuestro manifiesto destino de expandir el territorio que nos dio la Providencia...". El lema se esgrimió en la guerra contra México, y para disputarle a Inglaterra su dominio sobre Oregon. Se usó también para impulsar la compra de Alaska en el 67, para quitarle Cuba a España, y aun para fincar anexiones extracontinentales como las de Hawai y Guam. Los Estados Unidos fincaban su naciente poderío en la voluntad divina: eran el nuevo pueblo escogido por Dios para llevar al mundo los beneficios de la civilización. Renace ahora esa doctrina, insinuada en el discurso de toma de posesión de Bush: los Estados Unidos tienen la misión de terminar con las tiranías para extender por todo el orbe los bienes de la democracia y de la libertad. Iraq hoy, ese Vietnam de nuestros tiempos; después quién sabe. La soberbia mesiánica del bárbaro amenaza la paz del mundo, y otra vez el Destino Manifiesto se cierne sobre los países de cuyos recursos se quiere apoderar el nuevo imperio. No estaremos seguros ya ni en El Moquetito, Tamaulipas. ¡Brrrr!... FIN.
